Reglamento. El municipio reconoce que las ordenanzas lo permiten, pero debería ajustarse a importantes requisitos de sonoridad

Rechazan en Funes la instalación de un salón de fiestas sobre la ruta 9

Dicen que afectaría el descanso en las viviendas particulares y que causaría un caos en el tránsito

Delcia Karamoschon / La Capital

Funes.- Un grupo de frentistas cercanos al cruce de la ruta nacional 9 y la calle Elorza se oponen a la instalación de un salón de fiestas. Así lo hicieron saber al intendente mediante una nota donde manifiestan su "enérgico rechazo" por considerar que el causará molestias sonoras y trastornos en el tránsito. "Se nos va a impedir el derecho a descansar", afirmaron.

"Es una iniciativa comercial encarada por un grupo empresarial de Rosario que no traerá ningún beneficio para nuestra población", aseguró Adriana Vesco, cuyo dormitorio es lindero al inmueble en cuestión.

Los frentistas remarcan que será una "especie de sucursal" de otro que funciona en Rosario -sobre avenida Pellegrini, frente al Parque de la Independencia- "que cubrirá las necesidades de un mercado que nada tiene que ver con nuestra ciudad; como contrapartida traerá innumerables problemas sonoros, ambientales y caos en el tránsito".

El intendente Juvenal Rímini confirmó que "existe una habilitación de Obras Públicas que ya pasó a Comercio, donde si bien aún no hay un pedido formal de factibilidad se entregó la ordenanza sobre aislamiento acústico, que es muy exigente y requiere de gran inversión porque el sonido no se debe escuchar fuera del local".

Sin embargo, agregó que "habrían desistido de la idea de instalar salón de fiesta y sólo sería un servicio de catering" y que "sobre la misma locación hay interés de un nuevo emprendimiento dentro del rubro bar, pizzería y restaurante".

Rímini también se mostró preocupado por la situación que se generaría en la circulación vehicular, y dijo que de continuar con la idea el pedido deberá ser analizado por el área de Tránsito. Según los vecinos, en el predio sólo habría capacidad para unos 30 coches, en tanto el local puede albergar hasta 300 personas, por lo que el espacio sería insuficiente.

Los vecinos indicaron que en la zona se han concretado una serie de emprendimientos que transformaron el lugar. "A pesar de que afectaban la histórica tranquilidad como ha sucedido con el notorio aumento del tránsito, no nos opusimos a los cambios porque son iniciativas que contribuyen al desarrollo de la ciudad".

"En ese sector se han ubicado negocios tales como supermercado, galerías comerciales, parrillas y bares, generando una actividad como de las grandes urbes, por lo tanto será imposible contener decenas de autos, o tal vez centenares, que van a llegar al salón. Además esta es una esquina peligrosa donde se registraron muchos accidentes", relataron.

En ese sentido, Vesco precisó que "allí paran los ómnibus de media distancia que unen Rosario con Carcarañá y Casilda, y por Elorza entra a la ciudad todo el transporte público que va hacia Rosario, con el agravante de que la parada está ubicada exactamente frente al ingreso donde se quiere instalar el salón. Sin la participación de los agentes de tránsito es imposible ingresar a la ruta en un día feriado, por lo tanto me pregunto qué pasará allí cuando haya una fiesta".

La nota de los vecinos también fue entregada en el Concejo Municipal. La semana pasada, el edil Federico Estella pidió al Ejecutivo que envié un informe de la solicitud de habilitación donde se adjunte información sobre el rubro solicitado y las condiciones de funcionamiento. También requirió que se aclare bajo qué ordenanza fue habilitado y si cuenta con los requisitos vigentes para tal fin.

Según la ordenanza 288 sancionada en 1985, la zona donde se quiere ubicar el local permite la instalación de salones de fiesta con una superficie de hasta de 1500 metros cubiertos. Sin embargo, existen dos ordenanzas del año 2005 que establecen importantes requisitos en los que deben encuadrarse.

La normativa 392 estipula las condiciones para la instalación de un salón de fiestas como horarios, construcción de insonoridad y decibeles permitidos. Por su parte, la ordenanza 401 establece cuales deben ser los niveles de sonido y de vibraciones en lugares que imparten música.

Los vecinos enojados aseguran: "Se nos va a impedir el derecho al descanso".