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miércoles,
20 de
septiembre de
2006 |
Corrupción en Brasil. Un asesor presidencial podría ir a prisión por la compra de videos comprometedores
Nuevo escándalo pone en riesgo la
reelección de Lula en primera vuelta
Hoy tiene los votos justos para evitar el ballottage. El nuevo caso de corrupción compromete ese margen
Brasilia. - El nuevo escándalo de corrupción política que estalló en Brasil y que tiene como protagonista a un hombre de suma confianza del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorecería al candidato opositor Geraldo Alckmin y podría forzar a una segunda vuelta en los comicios del 1º de octubre. Ayer el escándalo se agravó al pedir el fiscal la prisión para el asesor de Lula Freud Godoy. Alckmin, por su parte, celebró abiertamente la situación, diciendo que su campaña se halla en el mejor momento desde que comenzó la competencia electoral. "Iremos a segunda vuelta", auguró Alckmin, quien hasta hace pocos días sólo podía esperar la derrota en la primera vuelta.
Freud Godoy, un asesor de Lula, fue acusado por un abogado y empleado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de ordenar la compra de documentos en video para acusar de ilícitos a candidatos opositores. La acusación del abogado Gedimar Passos se produjo al ser arrestado por la policía federal junto con el empresario del PT Valdebran Carlos Padilha da Silva, con el equivalente a 900.000 dólares en efectivo.
Tras la denuncia, Godoy renunció el lunes a su cargo de asesor de la presidencia, pese a que negó cualquier participación en la maniobra. Ayer, el fiscal del estado de Mato Grosso, Mario Lucio Avelar, pidió la prisión preventiva de Godoy. El fiscal aseguró que además fue aceptado por el juez el pedido de prisión de los otros tres imputados directos en el escándalo. Además, la revista Epoca dijo que fue contactada por Oswaldo Braga, coordinador del programa de Lula para trabajo y empleo, quien buscaba interesarlos en publicar denuncias "sobre políticos de renombre".
Según las últimas encuestas de intención de voto, Lula sería reelecto el 1º de octubre sin necesidad de una segunda vuelta, pero de acuerdo a los analistas esa tendencia podría revertirse por el nuevo escándalo. "Esto beneficia a Alckmin en este momento de crecimiento de su candidatura y puede repercutir contra la posición del presidente. Creo que sí, el caso puede impedir la victoria de Lula en primera vuelta", dijo a la agencia Reuters el analista Carlos Lopes, de la consultora SantaFe Ideias.
Lopes apuntó que lo que se transmite al electorado es el mensaje "Otra vez el PT en un escándalo", lo que puede llevar a sectores de clase media a votar por Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y quien era uno de los blancos de los documentos incriminatorios que intentaban comprar los detenidos. Lopes agregó que "la elección no está resuelta, Lula está con el 50%, es decir, en el límite" para ganar en primera vuelta. Por esto, cualquier leve cambio hacia la baja lo obligaría al ballottage. Los últimos sondeos conocidos dan 50% a Lula y un lejano 29% a Alckmin.
Alckmin comentó entusiasmado ayer: "Nuestra campaña vive su mejor momento. A una semana (de las elecciones), estamos animados, vamos para un segundo turno, tenemos todo para ganar la elección", dijo en una entrevista con la red Globo.
Alckmin, un médico de 53 años, apuntó al flanco débil del gobierno."En política es importante el dicho: «Dime con quien andas y te diré quien eres». Mi partido no está en el submundo del crimen", aseguró el principal rival de Lula en los comicios del 1º de octubre. Pero "infelizmente la política brasileña está, y no es de ahora sino que ya viene desde hace algunos años para acá, desde que el PT asumió el gobierno, más en el submundo del crimen que tratando los problemas de Brasil", disparó el socialdemócrata.
El gobierno de Lula superó un grave caso de denuncias por corrupción el año pasado, cuando un diputado oficialista denunció que el PT sobornaba a legisladores para que aprobaran proyectos de interés del Poder Ejecutivo. El caso obligó a drásticos cambios en el gabinete y arrastró a toda la cúpula del PT, pero no impactó severamente en la popularidad del presidente, alimentada por su carisma, el control de la inflación y amplios programas sociales.
Esta vez, el nuevo escándalo encontró a Lula camino a lo que parecía una segura victoria electoral en la primera vuelta, y por eso su comando de campaña prepara una estrategia que permita mantener la perspectiva de ganar la reelección en esa instancia.
A "entregar cabezas"
Una fuente de la dirección del PT dijo que la campaña de Lula intentará salir de la posición defensiva a la que lo llevó el escándalo, probablemente "entregando cabezas". Otra fuente cercana a Lula dijo que el presidente ordenó al PT y al ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, "no encubrir ni proteger" a nadie.
El presidente del PT, Ricardo Berzoini, admitió que el abogado denunciante actuaba bajo las órdenes de un ex sindicalista, Jorge Lorenzetti, amigo de Lula y quien habitualmente prepara los famosos asados del jefe del Estado. Una admisión que acerca peligrosamente a Lula a los protagonistas del escándalo. El presidente brasileño se encuentra en Nueva York participando de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El analista Luciano Dias, del Instituto Brasileño de Estudios Políticos (IBEP), dijo que el nuevo caso puede comprometer la reelección de Lula en la primera vuelta. "Segmentos del electorado de clase media, sensibles a las cuestiones de moralidad pública, pueden comprometer" la reelección de Lula en la primera vuelta.
El dinero hallado en manos del abogado y el empresario del PT iba dirigido, según todos los indicios, a comprar un video comprometedor para José Serra, candidato del PSDB a gobernador de San Pablo. La cercanía de Godoy a la oficina presidencial vuelve especialmente delicado el escándalo, a sólo 12 días de los comicios.
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Fotos
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El opositor Gerardo Alckmin resucitó. Se vota el 1º de octubre.
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