Sin pruebas

Lino y Pepo Bertuzzi fueron detenidos el mismo día en que se registró el último hecho del Loco de la escopeta, el 23 de mayo de 2005. Los investigadores llegaron hasta ellos siguiendo una pista brindada por un testigo de un hecho anterior, que había declarado haber visto un camión rojo y blanco, Mercedes Benz 680. La policía rastreó a los posibles propietarios de un vehículo de esas características y así ubicaron la vivienda de los Bertuzzi, en Zuviría la 7000. Pero no los detuvieron entonces sino que esperaron a que se produjera un nuevo ataque.

Cuando se produjo el atentado del 23 de mayo, la policía ya tenía marcada la casa de los Bertuzzi. El allanamiento se hizo porque el colectivero declaró que alcanzó a ver de frente, un segundo antes del disparo, a un Mercedes Benz rojo con vivos blancos. Meses después, el juez de Instrucción Nº10, Alfredo Ivaldi Artacho, los procesó por tentativa de homicidio, causa judicial que aún está en trámite y debe resolver el juez de Sentencia Antonio Ramos.

Lino afrontó meses después una acusación más grave: Ivaldi Artacho le imputó el homicidio de Florencia Rubino, una chica de 12 años que falleció al ser alcanzada por una perdigonada cuando viajaba en un ómnibus de la línea 131, en abril de 2003. Ese fue el hecho más grave de la saga del loco de la escopeta. Pero en julio de este año, la sala IV de la Cámara de Apelaciones revocó ese fallo porque las pruebas en contra de Bertuzzi eran insuficientes y así Lino obtuvo "falta de mérito", paso previo para una absolución.