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sábado,
09 de
septiembre de
2006 |
Un cambio que
resultó decisivo
para el resultado
Gorosito tenía razón. El jueves manifestó que San Lorenzo no iba a jugar con tres delanteros y así fue, ya que Silvera jugó retrasado, como enganche. En realidad, Ruggeri no hizo más que desperdiciar las bondades de un jugador de área y Central se quedó bastante tranquilo en el primer tiempo.
En el segundo, el Cabezón se dio cuenta de la falencia, sacó a Jiménez, que no había pesado, y Silvera fue a jugar definitivamente de 9. Lavezzi tuvo más libertad y menos estorbos de sus compañeros para moverse y así hilvanaron una sociedad que dio sus frutos y que la defensa no supo contrarrestar, quedando muy expuesto Azconzábal, que había tenido un primer tiempo aceptable donde estuvo hasta a punto de marcar un gol.
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