Opinión: A la hinchada le hacíamos siete

Adrián Abonizio

"El episodio del 7 a 1 con Boca ya pasó, no se te ocurra abusar con los dichos". "Cuáles?", inquirí a mi amigo cuervo. "Ese que a San Lorenzo le dicen Víctor Sueyro: llegó muerto al túnel o Escala Musical porque sonaron siete veces". Lejos de esas pullas me aboqué a pensar en la camaradería, de cuando se jugaba un preliminar entre hinchadas y aún no existía el sangriento reino de las barras, droga y finanzas. ¿Acaso desapareció por obra y gracia de sus bajezas la simpatía entre nosotros, los que no adherimos al crimen? ¿Pueden unos guerreros bastardos dominar el clima espiritual del resto? Despejo estas visiones y me aboco a otro recuerdo. Frente a ellos salimos campeones en el 71 y en el 73. También Vitti y el espejismo de una noche que nos hizo creer que era un genio. Hoy la mística nos obliga a chocar espadas, mientras nos reciben en Boedo apenas como a ex amigos. Noche fea, enrevesada como un parto de nalgas. Noche para ganar contra un mustio equipo que no mete miedo y que se lleva el partido finalmente. Noche de publicidad estática que distrae y de fortuna dispersa, ofuscada con el sol canalla. Noche fiera para irse al sobre repasando este partido extraño. Contra la hinchada le hacíamos siete, créanme.

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