El Kily González regresó al Gigante y jugó su mejor partido

El volante canalla entró a la cancha acompañado de su hijo Luciano, de 3 años

Mauricio Tallone / La Capital

Se sabía que era un partido con connotaciones afectivas para el Kily González. Era su vuelta al Gigante de Arroyito luego del exilio de más de una década en el fútbol europeo. Un reencuentro que se hizo esperar y desear. Es que ante Boca, justamente el equipo que lo tironeó hasta último momento para contratarlo y finalmente se decidió por Central, no pudo cumplir el sueño del regreso porque debía purgar la expulsión que sufrió contra Belgrano en Córdoba.

Eran muchas sensaciones juntas en la coctelera del corazón. Por eso el Kily eligió vivir su noche con la gente de Central a su manera y con los suyos. Pisó el césped del Gigante llevando en brazos a su hijo Luciano, de 3 años, y con varios integrantes de su familia y amigos en la platea. Miró a su alrededor y divisó a un estadio repleto que presenció su mejor actuación en el Apertura.

Lo único que empañó una jornada que pintaba redondita para González fue el resultado. Se notó que el empate le hizo un tajo a sus emociones. Quizás por eso se fue sin hablar. Prefirió masticar la bronca en silencio.

Atrás había quedado una actuación reivindicatoria para él. Es que el Kily necesitaba demostrarle al hincha de Central que su jerarquía internacional está más vigente que nunca. Y vaya si lo dejó bien claro. Basta repasar imaginariamente ese pase milimétrico que le metió a Wanchope en el segundo gol. Fue una asistencia que habló por sí sola. Que además acompañó una sumatoria de recursos que exhibió el volante.

Quizás como nunca en el torneo, González dejó su sello en el andamiaje ofensivo. Surcó su sector con criterio, participó del circuito con Conca y en más de una oportunidad se animó a iniciar jugadas que terminaron en alguna corajeada de Wanchope.

Volvió Christian González al Gigante para jugar su mejor partido desde su regreso. Es la expresión que más se acerca a lo que vivió anoche el Kily junto a su Central querido.

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