Básquet: Argentina terminó cuarta en el Mundial

El seleccionado argentino de básquetbol cerró sin llegar al podio su participación en el Mundial de Japón al perder ayer ante Estados Unidos por 96 a 81.

Fue avasallante el juego del equipo argentino en los primeros diez minutos y terminó ganando por 27 a 21 merced a una magistral conducción de Juan Ignacio Sánchez, que junto a Luis Scola fueron los valores de mejor rendimiento en este Mundial.

Pero ya en el segundo parcial, Argentina fue mermando en su rendimiento, un tanto por el desgaste físico realizado ante los españoles y otro poco porque el espíritu sensibilizado de sus integrantes acusó el impacto de algunos fallos arbitrales desfavorables.

Sin embargo, a los estadounidenses les costó pasar al frente y recién pudieron hacerlo por primera vez en el partido cuando restaban 4 segundos para finalizar el segundo cuarto. Un triple de Carmelo Anthony les permitió cerrar el primer tiempo con ventaja de uno: 50-49.

De allí en más los argentinos, especialmente su quinteto titular, se fue cargando de faltas, más prematuramente Fabricio Oberto y Scola, y con ello el equipo fue perdiendo juego interior, pero no solamente en ataque, donde ya en el segundo tiempo la mayoría de sus integrantes, con excepción de Carlos Delfino, se mostraban muy erráticos, fundamentalmente en defensa.

Y esto resultó fatal para contener el juego individual de los estadounidenses, que encontraron en Dwyane Wade la llave para abrir la defensa argentina, bien escoltado por otro jugador de gran predicamento en la NBA como LeBron James.

Hasta el final de ese tercer cuarto, en el que Emanuel Ginóbili no estuvo cancha por haber llegado a las cuatro faltas, Argentina se mantuvo en partido y terminó abajo por un remontable 69-62.

Pero en los últimos diez minutos Argentina terminó mostrando una cara desconocida para este grupo. La de la impotencia. Y esto fue aprovechado por los norteamericanos para lucir sus dotes acrobáticas y su natural potencialidad en pos de alargar diferencias en el marcador.

Se le acabó el mundial a Argentina, entonces, en el lugar que más duele: un escalón más abajo que el podio. Quedó la grandeza para afrontar las paradas bravas, el crecimiento que tuvo este deporte hasta instalarse en la elite mundial y las perspectivas a mediano plazo de un ejercicio de recambio.

Ahora viene el Preolímpico de Venezuela 2007, que clasificará a dos equipos del continente para Beijing 2008, y Argentina deberá dirimir esas plazas, entre otros, con su verdugo de ayer, Estados Unidos.

Por eso, para este seleccionado de la Oveja Hernández, el "tiempo no para". Y máxime si el próximo objetivo es defender el título olímpico conseguido en Atenas hace apenas dos años.

La desazón de Sánchez tras la caída ante Estados Unidos.