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miércoles,
30 de
agosto de
2006 |
La punta de una red de venta de autos truchos
Acusaron a una mujer de negociar vehículos con papeles falsos. Tras hacerlo, sospechan, volvían a robarlos
Con su pinta de indefensa ama de casa, "Catalina" llegó al bar de Rioja y avenida Belgrano para encontrarse con el posible comprador de la camioneta que ella había ofrecido en un aviso clasificado. La Ford Ranger, un verdadero chiche, estaba en oferta con una rebaja de unos 5.000 pesos porque la vendedora decía estar "apremiada". Y si bien todos los papeles aparentaban estar en orden, el posible comprador prefirió asegurarse: primero se identificó como policía y luego le dijo que lo acompañara a la comisaría. Así cayó Miriam Graciela Barrios, una mujer paraguaya de 47 años afincada en el Gran Buenos Aires que, según la policía, podría integrar una organización que vende autos robados con papeles adulterados y luego los volvería a robar para revender.
Barrios quedó detenida en la seccional 1ª a disposición de los jueces de Instrucción Nº1 y Nº5 por dos hechos que podrían encuadrarse como estafa o defraudación. Pero el segundo de estos episodios fue consecuencia de un hecho anterior que desencadenó la investigación.
La historia de la detención de Barrios se remonta a una denuncia presentada el pasado 2 de agosto por P.W., un arquitecto de 35 años a quien le habían sustraído su flamante Peugeot 307 del lugar donde lo había estacionado, en San Juan al 400. A la policía le llamó la atención porque estos coches tienen llaves computarizadas y no es habitual que los roben. En este sentido, no descartaron que los ladrones fueran los mismos que le habían vendido el auto a P.W..
"La víctima contó que había comprado el auto a una mujer con quien se había entrevistado en una estación de servicios de Francia y Pellegrini. Y que para quedarse con el 307 le entregó 25 mil pesos y un automóvil Rover", relató el jefe de la comisaría 1ª, Walter Miranda.
La policía intentó rastrear el auto robado a través de la patente que dio P.W., que correspondía a un vehículo radicado en la provincia de Buenos Aires y a nombre de una mujer. "Llamamos a la dueña -añadió el comisario- y respondió que su Peugeot 307 estaba en la cochera y que nunca se lo habían robado, por lo cual se presumió que el auto robado a P.W. era mellizo". Sin embargo, el propio damnificado dijo a este diario, en función de "pericias posteriores realizadas a los papeles en Jefatura, que no está comprobado" que el auto que compró sea mellizo.
De todas maneras, la policía intentó dar con la vendedora a través de los avisos clasificados. Según las fuentes, los investigadores hablaron con varias personas, pero sólo una mujer (cuyo aviso ofrecía una Ford Ranger "urgente" y daba un número de celular) propuso hacer la cita en un bar. El encuentro se acordó en Rioja y Belgrano, y el papel de comprador fue cubierto por el subjefe de la 1ª, Marcelo Latanzi.
La vendedora, una mujer "gordita, incapaz de matar una mosca, con pinta de ama de casa", ofreció la Ranger 2005 doble cabina a 53 mil pesos, cuando su valor mínimo asciende a 58 mil. "El precio fue el primer detalle para desconfiar, pero ella decía que estaba apremiada por la enfermedad de un familiar".
A la hora de exhibir los papeles al falso comprador, todo parecía estar bien en regla. Las fuentes dijeron que la mujer exhibió el título de la pick up dominio EIC051 a nombre de Catalina Francisca Simón, tarjeta verde, formulario 08, libre deuda, constancia de verificación de números de chasis y motor y hasta las patentes pagas del año 2005. No obstante, el comprador prefirió cerciorarse en la comisaría. "A partir del dominio ubicamos por teléfono al titular de una camioneta similar con esa patente. También resultó ser una persona que vive en Buenos Aires a quien nunca le robaron el vehículo", señaló Miranda, y agregó que "con la documentación que mostró, la mujer podría haber engañado a cualquiera, lo cual hace pensar que probablemente trabaje para una organización importante".
En la comisaría, según las fuentes consultadas, "Catalina" fue identificada como Miriam Graciela Barrios, domiciliada en la localidad bonaerense de Ciudadela, y habría admitido ser la persona que vendió el Peugeot 307 del cual todavía restaría esclarecer si tiene o no un hermano mellizo.
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