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 miércoles, 30 de agosto de 2006  
Viajeros del tiempo

La fealdad es una enfermedad que se cura. La belleza es a la mujer lo que el perfume es a la flor, y seguramente que las mujeres sin belleza son tan raras como las flores sin perfume. Es que no hay mujer que no tenga su encanto. Ser bella no es la gran ambición de la mujer: ser bella es ser amada, adulada, admirada; es triunfar en todo y siempre, es un poder del cual todo el mundo sufre el imperio y que hace de la mujer que la posee una verdadera soberana. Ahora, la ciencia con sus progresos de cada día nos facilita y crea los medios de enseñar y de adquirir la belleza. Siguiendo el tratamiento del Instituto de Beauté, 5 place Vendome (París), y cuyos directores son eminentes doctores, especialistas, la mujer más desfavorecida por la naturaleza puede modificar su físico en muy poco tiempo, y diremos que hoy basta querer para ser bella. El Instituto de Beauté, rechazando todo afeite o "maquillage", ataca las causas mismas de las imperfecciones físicas, y por su método curativo, científico y racional, restablece con la misma naturaleza del cutis su nutrición y su vida. Facilita también los cambios que se operan en su superficie destruyendo los elementos nocivos que puedan dañar su funcionamiento normal. Usando los productos del Instituto de Beauté se reconocerá pronto que sus virtudes son tan infalibles como duraderas. Para datos o explicaciones sobre el tratamiento preconizado por este instituto, las señoras pueden dirigirse a la casa G. Moussion. Salons d'ondulation, coiffures, postiches, peinature de cheveux, decolorations, schampoing(*), etcétera. Casa G. Moussion, Suipacha esquina Cangallo, Buenos Aires.

(*) Salones de ondulación, peinados, postizos, peinado de cabello, decoloraciones, shampú.

Nota: Entre las varias contradicciones en que incurre este anuncio, una de las más notorias es la que sostiene que se debe rechazar "todo afeite y maquillaje" y "atacar las causas mismas de las imperfecciones" para, finalmente, aunque en francés, dilucidar que de lo que se trata en el Instituto de Beauté es de tinturas, peinados y postizos.

Sabiduría anarquista. Dice un corresponsal con motivo de la reciente muerte del destacado anarquista francés Eliseo Reclús: "Hace un mes conocí por casualidad en el teatro de Nouveautés a las dos hijas de Eliseo Reclús, las que estaban acompañadas de sus titulados maridos... Se representaba una obra que era su símbolo: L' Ange du Foyer(*). Sabido es que Reclús casó a sus hijas por el rito matrimonial más simple y menos solemne de cuantos se conocen. De estas bodas hace ya tiempo. Reclús, desconocedor de toda religión y de toda autoridad, prescindió del cura, del alcalde y del juez. Llegó el día de la boda: invitó a los novios a comer a su casa y después del banquete declaró que el matrimonio estaba hecho, y sin más ceremonial entregó a sus hijas. Pues bien, este procedimiento, al menos a juzgar por lo externo, no ha producido mal resultado: ha pasado ya tiempo de los casamientos pero cuando yo vi en Nouveautés a los dos matrimonios, ambas parejas estaban muy amarteladas. Recomiendo este caso a los padres que velan por la felicidad de sus hijas".

(*) El ángel del hogar.

Investigación y realización Guillermo Zinni ©

Fuente: La Capital
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