Goles paraguayos o nada

La dupla Salcedo-Cardozo no pesó y Newell's no pudo acercarse a la red rival

Llamaron la atención frente a Vélez pero fue en el Monumental donde despertaron todos los elogios. En el teatro grande del fútbol argentino, con infinidad de medios porteños observándolos, Santiago Salcedo y Oscar Cardozo dejaron de ser ilustres desconocidos. Fueron tapa de diarios y pocos medios se privaron de dar a conocer sus historias, sobre todo la de Tacuara. Ergo, levantaron la perdiz y era obvio que el siguiente rival se preocuparía especialmente por ellos. Y Lanús logró anularnos, más allá de que los delanteros paraguayos y el resto de sus compañeros de Newell's hicieran su parte.

De entrada se notó que Ramón Cabrero había dispuesto marca específica sobre los hombres-gol rojinegros. Así, Walter Ribonetto se le adosó a Cardozo y Mauricio Romero a Salcedo. Contaron para ello con la escasa movilidad de los guaraníes, que sólo en los primeros veinte retrocedían para zafar de la marca. Porque después se resignaron bastante, al punto que sólo Tacuara de vez en cuando se mostraba por un lateral para recibir.

En esos minutos iniciales se notó que había temor por ese poder goleador, al punto que ante la menor duda los centrales granates no dudaban en mandarla al córner. Pero después se notó que tomaron confianza, porque además fue evidente que Salcedo y Cardozo no eran abastecidos con la suficiente cantidad y muchos menos calidad.

Newell's se cegó tanto que en el complemento ni siquiera pudo poner a un hombre en condición de desbordar y mandar el centro para la altura de Cardozo. Sólo en un córner de Peralta a los 63', que bajó Tacuara y Salcedo no pudo encontrar el arco, llegó a ser peligrosa esa alternativa.

Cardozo y Salcedo no convirtieron y Newell's perdió. Esa observación puede ser entendida como causal de la derrota, pero en realidad habría que decir que el equipo de Pumpido no jugó bien (sus delanteros incluidos) y que por eso ni los paraguayos ni algún otro marcó para acercarse a la victoria.

Ribonetto se anticipa como casi toda la tarde a Cardozo.