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lunes,
21 de
agosto de
2006 |
Francia y Europa mantienen
dudas sobre envío de tropas
París. - Francia pidió un encuentro de la Unión Europea para esta semana, a fin de determinar rápidamente el número de soldados que están listos para la ampliada fuerza de paz de las Naciones Unidas en Líbano. Francia se echó atrás la pasada semana en cuanto a encabezar el contingente militar, y redujo su aporte a sólo 200 hombres. Italia, al parecer, quedaría al frente de la misión militar, que debería alcanzar a 15.000 soldados. Ayer, el premier israelí Ehud Olmert pidió a su par italiano, Romano Prodi, que su país encabece formalmente la misión de paz.
El bloqueo europeo en los aportes de tropas se debe a la falta de reglas claras para enfrentar a quienes desafíen a la fuerza de la ONU, así como a la promesa incumplida por Líbano de desarmar a Hezbolá, tal como ordena la resolución 1701 que puso fin a la guerra. Hezbolá mantiene a sus hombres en el sur libanés, aunque no exhiben sus armas, que simplemente han guardado en lugar de entregarlas a las autoridades libanesas.
"Estamos pidiéndole a Europa que exprese su solidaridad hacia Líbano lo más rápido posible", dijo el ministro de Relaciones Exteriores Philippe Douste-Blazy. Este le pidió a Finlandia, titular de la presidencia rotativa del bloque de 25 miembros, que convoque a un encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores la próxima semana "para determinar lo más rápidamente posible lo que los diferentes socios europeos planean hacer con respecto al Líbano".
Las Naciones Unidas dijeron el viernes que se necesitaban más soldados europeos para una fuerza de vanguardia de 3.500 miembros requeridos por el organismo el 28 de agosto. Se esperaba que Francia, que comanda la actual fuerza de paz, la Unifil, hiciera una importante aportación al contingente, que formaría su espina dorsal. Sin embargo, el presidente Jaques Chirac decepcionó a la ONU al solamente duplicar el contingente francés, de 200 soldados.
Las razones de Chirac
Sin embargo las razones de Chirac son compartidas por muchos europeos. Alemania adelantó que no enviará soldados y que sólo aportará varias naves para patrullar la costa libanesa. Otros países también han dado, o una negativa rotunda, como Holanda, o limitado su aporte a la ayuda humanitaria, como Suecia. La razón de esta reticencia se halla en la resolución de la ONU que ordenó el cese del fuego, la 1701, que no da la cobertura del Capítulo VII de la Carta de la ONU, que habilita el uso de la fuerza militar. Un vocero de la ONU aseguró ayer que la fuerza tendrá permiso para disparar en caso de ser atacada por Hezbolá. Italia, que queda por ahora al frente de la misión de manera no oficial, logró sin embargo un importante avance. A diferencia de las anteriores misiones de cascos azules, el comandante de la fuerza en Líbano no deberá pedir permiso a Nueva York para decidir un contraataque o autorizar a sus hombres a que abran el fuego para defenderse. Italia enviaría entre 2.000 y 3.000 hombres, aunque todavía debe esperarse la aprobación parlamentaria.
Pero la ONU permanece firme en no permitir el envío de tanques y otras armas pesadas, como en cambio reclaman los franceses y otros países para poder defender adecuadamente a sus hombres en caso de un ataque, por ejemplo, de los milicianos de Hezbolá armados con misiles antitanque.
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