|
domingo,
20 de
agosto de
2006 |
La clave fue la concentración defensiva
Pablo D'Angelo (*)
A partir del cierre de la preparación, que nos dejó dudas, Argentina debía arrancar ganando y lo logró. Su juego no fue lo máximo que este equipo puede dar, pero suficiente como para ilusionar otra vez. La clave del triunfo fue la vocación y concentración para defender.
Precisamente el rendimiento en este aspecto del juego que había sido su gran déficit en Madrid y Singapur, dejó demostrado que el deseo ganador de este equipo está intacto. En los nuestros, además de talento hay mucho de emotivo. Por los puntos es otra cosa. Su juego colectivo no fue bueno, hubo un poco de individualismo, que hasta puede ser lógico dado que había que sacar la cara y tanto Manu, primero, y el Chapu después lo entendieron así. Ganando se hace más fácil lograr en el transcurso del torneo, afinar el juego colectivo.
Argentina, especialmente en el tercer cuarto tuvo dificultades para atacar la defensa zonal 2-3, situación que seguramente le opondrán partido tras partido. Para ello deberá darle mayor participación en la pintura a Oberto y Scola y no depender sólo del tiro y las penetraciones, sin antes poner el juego en el interior. Es el principal tema que la selección debe resolver.
Ante los franceses los aportes desde el banco no fueron significativos, salvo las dos entradas de Wolkowyski, que lució impecable y con gran efectividad. El resto no aportó demasiado. Esto es un Mundial, lo importante es ganar. El triunfo ante Francia es importantísimo por ser el primer juego y por el nivel del oponente, que aún con la ausencia de Tony Parker será seguramente uno de los grandes equipos que se verán en el torneo.
(*) Entrenador de Olimpia
de Venado Tuerto
enviar nota por e-mail
|
|
|