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 domingo, 20 de agosto de 2006  
Tregua en Medio Oriente. Tres milicianos islámicos y un soldado hebreo murieron en el operativo
Acción comando israelí en Líbano pone en peligro el frágil alto el fuego
La incursión armada buscó interrumpir el abastecimiento de armas para Hezbolá, según Jerusalén

Beirut/Tel Aviv. - Comandos israelíes transportados en helicópteros atacaron un bastión de Hezbolá, en lo que el Líbano calificó de una "cruda violación" de la tregua impuesta el lunes pasado por Naciones Unidas, que puso fin a 34 días de guerra entre el Estado judío y la agrupación extremista shiíta libanesa. Hezbolá sufrió 3 muertos y los israelíes uno durante la acción comando en el este del Líbano. Israel alegó que actuó para evitar el contrabando de armas de Siria e Irán en favor de Hezbolá, algo expresamente prohibido por la resolución 1701 de la ONU, que estableció un embargo total de armas sobre la milicia islámica. El incidente en todo caso demuestra la fragilidad de la tregua y seguramente reforzará la reticencia europea a enviar grandes contingente de tropas a la zona, lo que está poniendo en crisis el plan de paz de la ONU. Ayer la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, advirtió al respecto: "No enviaremos a nuestros soldados a una aventura incierta". El temor de los europeos es encontrarse, como ya ocurriera en otras misiones de los cascos azules, con sus soldados impedidos de abrir el fuego y siendo blanco fácil de las milicias islámicas.

Israel aseguró que la operación comando de ayer en el valle de la Bekaa, en el este del Líbano, pretendía interrumpir el suministro de armas de Siria e Irán a Hezbolá. La resolución de la ONU 1701, que impuso el alto el fuego, prohíbe que se aprovisione de armas a la formación extremista libanesa y habilita a Israel a realizar operaciones defensivas, pero le prohíbe las ofensivas.

Tres guerrilleros libaneses murieron en la incursión, según fuentes militares libanesas, mientras que el ejército israelí reconoció un muerto y dos heridos. "Es una cruda violación del cese de las hostilidades declarado por el Consejo de Seguridad", de la ONU, declaró el primer ministro libanés, Fouad Siniora. El ministro de Defensa, Elias Al-Murr, instó a la ONU a dar "respuestas claras" a la incursión y advirtió que en caso de no hacerlo podrían frenar el despliegue de sus soldados en el sur.

Líbano está desplegando en el sur del país a parte de los 15 mil soldados que, junto con igual número de cascos azules, deberían crear una zona tapón en la que no haya ninguna otra fuerza armada. El gobierno libanés, sin embargo, ya advirtió que no desarmará a Hezbolá, con lo que comienza a incumplirse un punto clave de la resolución 1701. La agrupación islámica de hecho hasta ahora no ha entregado ni un solo fusil, y en el sur del país se limitó a guardar sus arsenales.


Las dos versiones de la acción
Dos vehículos Humvee todoterreno junto con comandos israelíes fueron transportados en helicópteros ayer a la madrugada hacia el valle de la Bekaa, una plaza fuerte de Hezbolá. El comando tenía como objetivo la oficina del dirigente de alto rango de Hezbolá jeque Mohammed Yazbek, en el pueblo de Bodai, pero los israelíes fueron descubiertos y emboscados por los combatientes shiítas, según el relato de la televisora de Hezbolá Al Manar.

El ejército israelí tiene otra versión: "Comandos especiales llevaron a cabo una operación para interrumpir las acciones terroristas contra Israel, con el énfasis en la transferencia de municiones desde Siria e Irán a Hezbolá", informó. El diario israelí Haaretz agrega que fuentes libanesas independientes afirmaron que los comandos israelíes vestían uniformes del ejército libanés y que los vehículos eran también de los del tipo que usa esa fuerza armada y no Humvees.

Todo empezó cuando a primeras horas del sábado aviones de Israel lanzaron numerosos cohetes en la zona, siempre con el objetivo de "interrumpir el contrabando de armas para Hezbolá desde Irán y Siria", según el ejército israelí. Una hora más tarde la operación terminaba, mientras el comando se retiraba bajo el fuego de cobertura de helicópteros artillados. "Si los sirios e iraníes continúan armando a Hezbolá en violación de la resolución 1701, Israel está autorizado para actuar en defensa del embargo", remarcó el vocero del Ministerio de Exterior, Mark Regev. La localidad donde ocurrió el incidente, Bodai, está 15 kilómetros al noroeste de la ciudad de Baalbek y a sólo 26 kilómetros de la frontera con Siria.


"No" categórico de Alemania
Ayer llegaron al Líbano los primeros cascos azules de refuerzo: 50 ingenieros militares franceses que arribaron a la base principal de la actual misión de la ONU en Líbano (Unifil) en Naqura, en el sur de la costa libanesa. Son los primeros del contingente de los apenas 200 soldados que ha comprometido Francia, de la que se esperaba fuera el componente principal de la nueva misión, con unos 5.000 hombres.

Pero no solamente Francia ha exigido a la ONU mayores "precisiones" al texto de la resolución 1701 y de las normas de autodefensa y entrada en combate de la futura misión. Ayer la jefa del Ejecutivo alemán, Angela Merkel, advirtió que "no enviaremos a nuestros soldados a una aventura incierta". Merkel agregó que "no habrá tropas integradas por policías alemanes" en el Líbano. Al mismo tiempo señaló que Alemania tiene una responsabilidad histórica. "El derecho a la existencia de Israel es una razón de Estado alemana", afirmó.

Los países europeos que deberían aportar varios miles de soldados a la Unifil se mostraron reticentes a cumplir esa promesa debido a varias carencias clave del dispositivo de la ONU: la resolución 1701 no incluye la invocación del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que autoriza el uso de la fuerza, y además el desarme de Hezbolá, tarea que en la resolución correspondía al Líbano y que éste rechazó de plano, deja a la milicia islámica con su capacidad de fuego intacta. "No nos corresponde a nosotros desarmar a Hezbolá", dijeron esta semana los gobiernos de Francia e Italia. El temor de los militares y gobiernos europeos es que sus soldados, bajo el débil mandato de la ONU, resulten un blanco fácil para las milicias shiítas y que no tengan permitido contraatacar con fuerza. Esto ya ocurrió en los años 90 en la guerra de los Balcanes, cuando cascos azules fueron capturados por los serbios y atados a puentes para que hicieran de escudos humanos.
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Paracaidistas israelíes en el sur de Líbano.

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