Paul McCartney impide entrar a su residencia de Londres a Heather Mills

La decisión del músico hace peligrar el divorcio en "buenos términos" que se había planteado la pareja

Heather Mills se tomó a risa el hecho de no poder entrar en la casa de Londres de su ex marido Paul McCartney, según aseguró ayer su portavoz, pero la batalla emprendida por su divorcio del ex Beatle parece estar tomando tintes bastante agrios.

Sin embargo, ayer Mills contrató al que fue abogado de la princesa Diana de Gales para que la represente en la batalla por el divorcio del ex Beatle. Se trata de Anthony Julius, quien representó a Lady Di en su divorcio del príncipe Carlos en 1996. El letrado se enfrentará en los tribunales a Fiona Shackleton, de la empresa Payne Hicks Beach, la representante legal de Paul McCartney y que también lo fue del heredero al trono británico, 10 años atrás.

El lunes, la policía fue llamada a la residencia londinense de McCartney cuando el guardia de seguridad de Mills escaló el muro de la propiedad para permitir su entrada. Las cerraduras de las puertas habían sido cambiadas.

"Una de las personas de seguridad desde adentro llamó a la policía", comentó el vocero de Mills, y agregó: "Aparecieron y ella se fue a dar una vuelta a la manzana en el coche con la niña".

Mills había llegado a la casa con Beatrice, de dos años, la única hija de la pareja.

"Se rió sobre el asunto", contó Phil Hall, cuando fue consultado sobre las informaciones de algunos periódicos que afirmaban que Mills estaba enojada por no haber podido entrar.

Sin embargo, confirmó que McCartney había congelado su cuenta bancaria común y había enviado una "carta legal" a su esposa para quejarse de que tres botellas de un líquido limpiador de su residencia de Sussex se habían utilizado para limpiar la oficina cercana de Mills.

El portavoz de McCartney no realizó comentarios respecto del incidente.

Aunque la pareja describió su separación como amistosa cuando fue anunciada en mayo, McCartney citó el el "comportamiento irrazonable" de la mujer en su pedido de divorcio. Mills respondió prometiendo presentar contrademandas en Gran Bretaña y Estados Unidos.

Algunos abogados creen que McCartney podría perder hasta una cuarta parte de su fortuna, estimada en 825 millones de libras (1.500 millones de dólares) como consecuencia del divorcio.

La pareja se casó en el 2002 tras haberse conocido en 1999 en un acto benéfico un año después de la muerte por cáncer de mama de la primera esposa de McCartney, Linda.

Mills fue objeto de todo tipo de acusaciones en los tabloides británicos desde que se separó de McCartney, pero él desmintió enérgicamente que se casara por su dinero, diciendo en mayo que no había "ni un gramo de verdad en esto".