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 domingo, 16 de julio de 2006  
En profundidad. La titular de Abuelas se posicionó duramente contra Carrió
Carlotto criticó al periodismo porque "no se ajusta a la verdad"
Tras asegurar que persisten "actitudes gorilas", desmiente la existencia de censura por parte del gobierno

Carlos Walter Barbarich / La Capital

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, participó en Venado Tuerto de varias actividades organizadas por la agrupación peronista 17 de Octubre. En ese marco, homenajeó a los desaparecidos venadenses, brindó una cálida charla con vecinos de la región y tuvo conceptos favorables hacia el presidente Néstor Kirchner.

Carlotto alertó ante La Capital que aún perduran "actitudes gorilas" y aseguró que "existe cierta prensa amarilla que ve todo mal, y no creo que eso se ajuste a la verdad". También dijo que no le consta que haya censura al periodismo por parte del gobierno.

-¿Cuál es el balance de Abuelas respecto de los gobiernos democráticos surgidos desde 1983?

-Votar en 1983 significó para nosotros volver a la vida y no hubo argentino que no festejará ese hecho. Sabíamos que íbamos a ser colaboradoras del Estado de derecho y, en verdad, se hicieron cosas muy buenas y otras muy malas. Todos los gobiernos contaron con nuestro apoyo, confianza y, fundamentalmente, diálogo. Con el actual gobierno tenemos una relación muy fuerte, porque es de puertas abiertas, de consulta y de invitación a participar. Nunca entramos tanto a la Casa Rosada como desde que está Kirchner. Es cómo un espacio nuestro, del cual nos sentimos muy halagadas. A mi hija Laura la mataron un 25 de agosto y el presidente nunca pasa por alto esa fecha y me llama por teléfono. Resulta paradójica la apertura del presidente en ese sentido, cuando desde la prensa se lo cuestiona por censurar a los medios.

-¿Cree que la libertad de expresión está amenazada por el gobierno?

-No estoy en condiciones de evaluar, pero si fuera periodista sí lo haría. De todos modos, pienso que no hay censura. Me parece que no es un gobierno para censurar. Como Abuela de Plaza de Mayo puedo decir que fuimos víctimas de la prensa amarilla, y uno tiene que estar en contra de esa prensa. La tolerancia de lo que no corresponde no es posible. Se pueden tolerar ideas distintas pero nunca las malas acciones de la prensa amarilla. Hubo nietos que quedaron arruinados por esa prensa.

-¿Existe prensa amarilla contra Kirchner?

-Yo prendo algunas radios, escucho y leo medios que dicen que todo es malo. No creo que todo sea malo, porque cuando me invitan a la Casa de Gobierno a comentarme algo bueno para el país, eso no sale. Hay actitudes tendenciosas por parte de algunos medios. Eso se da porque a algunos no les conviene que este gobierno siga destapando ollas. Hay medios que aplican su ideología porque quieren minar una posición. En realidad, están entorpeciendo el proceso democrático porque gobernar con la constante contra es muy difícil. No digo que no piensen distintos, pero hay que hacer algo que corresponda, en su momento y no permanentemente. La conmemoración del golpe contra Arturo Illia fue una muestra de lo que digo. Las explicaciones que dieron fueron increíbles porque, en realidad, el grupo que fue a dejar la ofrenda floral era muy grande y no habían pedido la autorización correspondiente. Esto fue sumamente magnificado por algunos medios. No es cierto que no les permitieron el homenaje sino que no pidieron autorización. Sin embargo, parte de la prensa criticó al presidente. El periodismo que deforma la realidad no es periodismo.

-¿La pertenencia peronista de muchos desaparecidos hizo que ustedes estén más cerca de Kirchner?

-Cuando el presidente hace un recordatorio no pregunta si eran peronistas o comunistas, montoneros o del ERP. A nosotros tampoco nos interesa la ideología de los desaparecidos sino el sentido del país que soñaban.

-¿Teme un golpe de Estado?

-No, para nada. No están dadas las condiciones y siempre dije, un poco en broma, que ya no hay nada más para robar. Aparte, la gente no lo toleraría. Siempre cuento que me tocó vivir con permanentes golpes de Estado y nunca nadie decía nada. Hoy la sociedad no se calla. Hay una queja formulada por un sector de la sociedad: que pareciera que los derechos humanos sólo son de un sector.

-¿Qué opina?

-Los derechos humanos existen para todos. Ocurre que los militares violentaron los derechos humanos y nosotros no. Ellos murieron, pero porque usaban un arma o un uniforme. La diferencia es que ellos recuperaron sus cuerpos, tienen una tumba y cobran sus pensiones. ¿Dónde están las tumbas de los 30.000 desaparecidos?. Respeto el dolor de toda madre que pierde un hijo, pero no acepto la comparación ni tampoco la teoría de los dos demonios, que es francamente repudiable.

-¿Usted tenía militancia política en el pasado?

-Jamás. Mi marido y yo votábamos cuando nos tocaba y sin protestar. Del mismo modo bombardearon y mataron a mucha gente en 1955 y no decíamos nada, pero me hago cargo de mi error. Yo era antiperonista y, la verdad, es una desgracia ser anti. Se puede ser radical, peronista, socialista o lo que sea, pero de ningún modo anti. Nos habían formado culturalmente así y asumo mi cuota de responsabilidad de lo que pasó, porque si el 16 de septiembre de 1955, cuando bombardearon y mataron a mucha gente en la plaza, hubiésemos salido, no habría existido un 24 de marzo de 1976. Me tragaba lo que decían los medios gorilas de aquellos tiempos, lo creía. Aprendí mucho de mis hijos, que eran todos peronistas, a pensar y actuar distinto. Incluso antes de que me pasara lo de Laura. Hoy aún existe gorilismo en este país. Parece una palabra antigua, pero el sentimiento es moderno y aplicable en estos días, pese a que cada vez es menos.

-Tuvo algunos chisporroteos con Elisa Carrió. ¿Cómo es su relación actualmente?

-Es una persona inteligente, pero que está en la oposición por la oposición en sí. Habló mal de mí cuando defendí la gestión de Aníbal Ibarra y dijo que nosotros (por Abuelas) recibíamos subsidios del Estado. Lo contradictorio es que ella me pidió varias veces que fuera su candidata a senadora en las últimas elecciones. No la entiendo, porque me acusa de corrupta y pide que sea su senadora. No es bueno sembrar cosas. Es malsano y ella actúa de ese modo, oponiéndose por oponerse.
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"Hay actitudes tendenciosas por parte de algunos medios: no les conviene que este gobierno siga destapando ollas", dijo Carlotto.



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