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domingo,
16 de
julio de
2006 |
La lucha contra las pasteras puede ir más allá de su apertura
Los asambleístas de la ciudad de Gualeguaychú, en el sur entrerriano, velan las armas en el peor momento del conflicto por la radicación de las pasteras en su vecina ciudad de Fray Bentos. Sucede que el fallo adverso de la Corte Internacional de La Haya operó como un mazazo en el ánimo de los ambientalistas y vecinos comunes que esperaban, velada o abiertamente, un fuerte respaldo a su lucha. En cambio, la determinación fue en favor de la posición del gobierno oriental desde donde se sostiene con firmeza que las industrias no contaminarán las aguas del Río de los Pájaros.
En rigor, por 14 votos a uno, la Corte decidió rechazar la solicitud argentina de una medida cautelar para suspender por 90 días las obras de las pasteras de Fray Bentos, y facilitar la realización de un estudio de impacto ambiental independiente, por considerar que no existe riesgo de daño “irreparable” en esta etapa de construcción de las plantas. No obstante, dejó en claro que la resolución “no es definitiva”.
Así las cosas, uno de los debates del momento en la “Capital del Carnaval” pasa por definir el regreso al corte de la ruta (en un plazo aún sin definir) o dejar las nuevas instancias de negociación que se abren de ahora en más en manos de las autoridades nacionales. El presidente Néstor Kirchner seduce a los vecinos para que eviten concretar una nueva interrupción del tránsito. Tan así es que no dudó al declarar que defenderá con “toda la dignidad, responsabilidad y fortaleza” los derechos de la Argentina.
A pesar de la elocuencia de las palabras del mandatario, el asambleísta Gustavo Rivollier dijo en Gualeguaychú a Diario UNO de Entre Ríos que “la lucha está acá y la ciudadanía considera que es el gobierno nacional el que debe moverse, como lo hizo (el ex canciller) Rafael Bielsa en su momento”. Las declaraciones del jefe de Estado se conocieron un día después de la resolución de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, que rechazó la medida cautelar solicitada por Argentina para que se suspenda la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos. La del asambleísta también, sólo que fueron dichas incluso ante un auditorio de 2.500 personas que lo acompañaron con un cerrado aplauso. En ese mismo escenario sentenció que “si cortamos la ruta vamos a ser funcionales al gobierno uruguayo y al gobierno nacional, que se hace el desentendido. No vamos a cortar ahora, porque no perjudicamos a nadie”.
Como alternativa a la extrema decisión de suspender el tránsito, la gente del sur entrerriano pide que se arbitren los medios legales para sancionar a las compañías que venden insumos a las empresas que llevan a cabo la construcción de las pasteras en la República Oriental del Uruguay. La propuesta aparece como impracticable atento que, de entrar en vigor, estaría violentando un sinnúmero de leyes nacionales e internacionales que protegen el libre comercio. Empero, y como anticipándose a mayores presiones en tal sentido, Kirchner definió, contundente: “La resolución en el tribunal de La Haya marca un nuevo inicio, esto recién empieza y venimos logrando cosas importantes. Hay que defender los derechos que corresponden a la República Argentina en el marco del derecho, la justicia y la búsqueda de equidad”. De todos modos pidió al “sistema de crédito internacional” a “abstenerse de invertir” en los emprendimientos pasteros de Fray Bentos.
En Gualeguaychú perciben que el final del conflicto está muy lejos, quizá mucho más allá de la inauguración de las plantas destinadas a fabricar pasta de papel. Por tal razón, cobró especial interés uno de los párrafos de la resolución de la corte de La Haya que leyó la presidente del Tribunal, la británica Rosalyn Higgins: “Esta decisión tampoco afecta el derecho argentino a futuro”, ya que el país “podría presentar otras solicitudes de medidas cautelares en el caso de que hubiera nuevos hechos”.
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