Escalada bélica. Marcados desacuerdos en la cumbre de las potencias

Bush responsabiliza a Hezbolá por la crisis

Putin condena los secuestros de la guerrilla islamista pero advierte a Israel sobre el excesivo uso de la fuerza

San Petesburgo, Rusia. - El presidente estadounidense George W. Bush responsabilizó ayer al grupo islamista Hezbolá y a Siria por la creciente violencia en Medio Oriente, con una posición más dura que su colega ruso, Vladimir Putin, que criticó el uso de la fuerza de Israel. Ambos mandatarios dejaron en evidencia las divisiones que dominan la cumbre de este fin de semana de los líderes de los países más industrializados del mundo G8 en la ciudad rusa de San Petesburgo.

Bush y Putin adoptaron sólo declaraciones no vinculantes de cara a las crisis de Medio Oriente y el programa atómico iraní, por lo que parece difícil que las siete naciones más industrializadas del mundo más Rusia puedan reaccionar con una sola voz ante los graves problemas internacionales, en especial sobre la ofensiva israelí en Líbano. Varios países europeos -Francia en particular- han calificado de excesivos los ataques de Israel y colocado a Bush en mala situación ante otros gobernantes del mundo.

"A mi juicio, la mejor manera de frenar la violencia es, en primer lugar, comprender por qué ocurrió la violencia", dijo Bush. Putin escuchó con visible incomodidad la condena unilateral de Bush dirigida a Hezbolá y a Siria por la escalada del conflicto en Medio Oriente. Con referencia a la guerrilla libanesa expresó que era inaceptable tratar de alcanzar objetivos políticos a través de secuestros y ataques contra un Estado independiente. "En este contexto, consideramos que los temores de Israel están justificados". Pero al mismo tiempo, dijo que "el uso de la fuerza debe ser equilibrado".

Los acentos fueron opuestos en el grave conflicto en Medio Oriente. Bush lanzó advertencias directas a los grupos extremistas Hezbolá y Hamas y los hizo responsables del inicio de los combates tanto en Líbano como en la Franja de Gaza. Por eso, llamó a Siria a actuar para que cese la violencia. "Siria tiene que hacer valer su influencia sobre Hezbolá", declaró. A la vez, declinó ejercer presión pública sobre Israel para que ponga fin a sus ataques.

Putin mostró en tanto comprensión por las preocupaciones de Israel, y tanto él como su ministro de Defensa, Serguei Ivanov, calificaron de inaceptables los secuestros y el lanzamiento de cohetes por parte de la guerrilla shiíta. Sin embargo, dirigiéndose a Israel señaló que el uso de la fuerza debe ser equilibrado. "En todos los casos, el derramamiento de sangre tiene que ser detenido lo antes posible", declaró.

Por otra parte, Moscú y Washington pospusieron para dentro de tres meses el fin de las negociaciones para el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio (OMC).


El conflicto nuclear
En el caso de Irán y Corea del Norte, ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad de ocuparse del conflicto nuclear. En una declaración conjunta exigieron el fin de las pruebas de misiles norcoreanos. Bush instó asimismo a Putin a lograr una línea común frente a Irán. "Irán está poniendo a prueba nuestra firmeza, negándose a suspender el enriquecimiento de uranio", afirmó. "Si ambos países estuviesen unidos (EEUU y Rusia), entonces esto sería una señal muy seria para Teherán", advirtió.

Sin embargo, aunque respondió que Rusia está en contra de la proliferación de armas en Medio Oriente, Putin tampoco cedió en este aspecto.

Los dos presidentes destacaron ante todo la importancia de las buenas relaciones entre EEUU y Rusia. Pero aunque hablaron de su amistad personal, en la rueda de prensa conjunta el clima era de notoria frialdad.

Bush y Putin dejaron entrever sus desacuerdos sobre el conflicto en Medio Oriente.