Escalada bélica. La violencia en Medio Oriente cobra vida propia

El peligroso derrumbe del cese del fuego

Steven Gutkin

Jerusalén. - Israel vive una verdadera pesadilla tras el derrumbe de los cese del fuego tanto al norte como al sur de sus fronteras. Pero la captura de tres de sus soldados y la feroz respuesta de sus fuerzas armadas permite al Estado judío plantearse un objetivo estratégico más amplio: neutralizar a Hamas en Gaza y a Hezbolá en el Líbano.

Las sangrientas incursiones israelíes en ambos territorios luego de osadas acciones de guerrilleros musulmanes a través de la frontera aumentan las tensiones y generan nuevas incertidumbres en el Medio Oriente, donde ya de por sí reinaba un ambiente caldeado debido a la ocupación de Irak y a las ambiciones nucleares de Irán.

Hamas y Hezbolá esperan canjear a los tres soldados israelíes por tres libaneses y algunos de los 9.000 palestinos presos en Israel. Los israelíes, por su parte, consideran que tienen frente a sí la oportunidad de poner fin a los incesantes bombardeos del sur de su territorio desde Gaza y de alejar a las guerrillas de Hezbolá de su frontera norte.

Israel se retiró del sur del Líbano en el año 2000, luego de 18 años de ocupación. Hezbolá llenó pronto el vacío de poder, aprovechando que Israel debió concentrarse en combatir un nuevo levantamiento palestino. En los últimos seis años, el Estado judío trató de evitar tener que librar una guerra en dos frentes. Pero todo cambió el miércoles, cuando guerrilleros de Hezbolá ingresaron a territorio israelí, capturaron a dos soldados y mataron a otros ocho que trataron de rescatarlos.

Los líderes israelíes dijeron que quieren expulsar a Hezbolá del sur del Líbano. Pero los israelíes no parecen dispuestos a lanzar el tipo de ofensiva prolongada que se requeriría para cumplir ese objetivo. Las incursiones prolongadas de Israel en territorios árabes, por otra parte, nunca arrojaron buenos resultados.

Las crisis en Gaza y el Líbano acabaron con la principal iniciativa del primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien quería retirarse de la mayor parte de Cisjordania para garantizar una mayoría judía en Israel a largo plazo. Israel parece estar utilizando la actual crisis para asestar un golpe severo a Hamas, Hezbolá, Siria e Irán.

Analistas israelíes especulan que Siria, que apoya a Hezbolá y da albergue el jefe político de Hamas, Khaled Mashaal, podría ser el próximo objetivo. Sin embargo, parece poco probable que Israel ataque a Siria sin que haya una clara provocación. (AP)