Año CXXXVII Nº 49172
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 09/07
Mujer 09/07
Economía 09/07
Señales 09/07
Educación 08/07
Salud 05/07
Estilo 24/06
Autos 22/06

contacto

servicios
Institucional



 domingo, 16 de julio de 2006  
El cazador oculto: "El verdadero sentido de hacer dinero"

Ricardo Luque / Escenario

Hay reuniones que, más allá de los nobles motivos que las convoquen, siempre dejan una misma sensación. O mejor, siempre terminan evocando una reflexión que, no por repetida, deja de ser verdadera. La dijo Aristóteles Onassis y, acaso sin quererlo, iluminó al mundo. Al menos, al mundo de los negocios que a los ojos de las mayorías aparece salvaje y despiadado cuando, en realidad, ahí donde nadie lo imagina, atesora un corazoncito tierno como un alfajor de dulce de leche. Para que se entienda: el filósofo (y millonario armador) griego dijo: "Si las mujeres no existieran, el dinero no tendría ningún sentido", y se hizo la luz. Entonces, ¿todo se hace por ellas? Sí, claro, y bien hecho está. Como el Museo Diario La Capital, que se inauguró con la muestra de Adolfo Nigro dedicada a la obra de Juan L. Ortiz. Una maravilla. Como las ricas y famosas que asistieron al coqueto vernisage. Ahí estaba, etérea, ligera, como una mariposa que vuela de flor en flor apenas rozándolas con sus alas, Laurita Bartolacci, la anfitriona de la velada, que lució un conjunto multicolor que le daba un aire a Campanita. En la misma línea naif estaba Elena Goldín, que con el pelo rubio, una campera rosa eléctrico y rodeada por su quinteto de niñas, parecía la reina de los bajitos. Sí, Xuxa y ¡acompañada por sus paquitas! Inspirada quizás por la agitación infantil de las vacaciones de invierno, Alejandra Mattheus iba de un lado a otro dejando a sus espaldas una estela luminosa de colores. Igualita a Bombón, la blonda heroína de "Las chicas superpoderosas". Aunque el cetro de las mujeres con poderes sobrenaturales se lo ganaba, sin duda, Roxana Glikstein, que con su trajecito negro ultraceñido al cuerpo lucía como Charlize Theron en "Aeon Flux". Pero más sexy. Como será que hasta los que no la conocían se acercaban a saludarla. Un hit. Tan pegadizo como el profundísimo escote de María José Gindre, a donde quedaban adheridas, como chicle a un banco de escuela, las miradas de todos los hombres. Pero, hay que decirlo, la más admirada de la noche no fue ella, sino la elegantísima Susana Dezorzi que, vaya uno a saber cómo hace para parecer siempre vestida como para ir de paseo por los Champs-Elysees. Falda y camisa gris, medias al tono, zapatos rojos y un collar de cuentas negras y rojas. Tr's chic. Hacía que el dinero tuviera sentido.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


cartelera

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados