Brasil, India y China toman la posta del FMI

Potencias emergentes: nace un nuevo club de acreedores

Crecen los préstamos de los gigantes del tercer mundo a los países más pobres. Africa es el principal cliente

Jorgelina Hiba

Los mercados financieros internacionales se transforman. Los organismos de crédito más tradicionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ven como de a poco China, India y Brasil les "roban" clientes y se instalan cada vez con mayor firmeza como proveedores de dinero fresco para las economías menos desarrolladas del planeta.

Los tres gigantes apuntan sobre todo a las naciones africanas, ricas en recursos naturales pero absolutamente devastadas desde lo político y lo social. Además de brindarles la posibilidad de tomar créditos mucho más accesibles que los del Fondo o los del Banco Mundial, también les ofrecen proyectos de infraestructura a precios imbatibles.

Algo parecido pasa a escala regional con Venezuela, flamante incorporación del Mercosur y ya convertido en un habitual comprador de bonos argentinos. Esta tendencia, cada vez más consolidada y con sólidas proyecciones a futuro, inquieta en Washington y en Europa, desde donde hasta ahora se ejercía un monopolio de facto sobre las redes de financiamiento internacionales.

Los dos gigantes asiáticos en primer lugar, y en menor medida Brasil, encabezan desde el cambio de siglo el ranking de las economías llamadas emergentes, aquellas que por población, crecimiento y perspectivas se perfilan como grandes actores geopolíticos del mundo globalizado.

"Si bien los tres son acreedores nuevos en los mercados internacionales, no tienen un perfil similar", explicó Alejandro Rofman, economista de la UBA e integrante del Plan Fénix. "Brasil tiene presencia internacional pero su situación de endeudamiento externo todavía es compleja. China, en cambio, posee las mayores reservas financieras del mundo. Junto con India financian el déficit fiscal estadounidense, y en ambos casos tienen solvencia para comprar títulos públicos o prestar plata", precisó el economista.

Las cifras que periódicamente recaba Naciones Unidas avalan esa afirmación. Los intercambios entre China y el continente africano llegaron el año pasado a 37 mil millones de dólares, 7 mil millones más que en 2004. Son varias las empresas de ese país que construyen importantes proyectos de infraestructura para la explotación de recursos naturales en Ghana, Mozambique, Zimbabwe y Nigeria. Hace un año, la petrolera china National Offshore Oil Corp compró el 45 por ciento de los mayores yacimientos de crudo de Nigeria por 2.268 millones de dólares.

Brasil también apunta sus cañones comerciales hacia Africa. Lula da Silva lleva cuatro giras por ese continente en tres años y medio de gestión. Los técnicos de Itamaraty -la cancillería brasileña- están convencidos de que es una región repleta de oportunidades de negocios, y es por eso que el comercio entre las partes aumenta con rapidez.

Petrobras, la más emblemática y conocida empresa pública brasileña, ya trabaja en Nigeria y en Angola, los dos primeros productores de petróleo en Africa. En un mundo donde el control de los recursos energéticos se convirtió en la clave del crecimiento económico, China y Brasil apuestan fuerte a seguir encontrando tesoros en las todavía poco exploradas tierras africanas.


Resquemores en el Fondo
Esta tendencia de préstamos "entre pobres" no gusta nada en la cúpula del poder financiero mundial. En los últimos años, tanto el FMI como el Banco Mundial pusieron en marcha programas de desendeudamiento para los países con menores recursos.

El año pasado, el G-8, que reúne a los más poderosos del mundo, borró 60 mil millones de deudas multilaterales. Desde esos organismos alegan que muchos de los países que aprovecharon esa quita volvieron a endeudarse.

El problema, según ellos, es que esta vez acudieron a las tentadoras ofertas de los "emergentes". La aparición de estos nuevos acreedores significa una competencia no prevista por los organismos tradicionales, por otra parte en neto declive desde que sus deudores más importantes -Brasil, Argentina y Rusia- decidieran cancelar de forma anticipada sus deudas y evitar así el pago desmedido de eternas tasas de interés. "Si las condiciones de financiamiento y los requisitos para tomar los créditos son mejores que los que ofrecen el Fondo u otros organismos clásicos, queda claro que los emergentes son una seria competencia", concluyó Rofman.

Lula sella junto al presidente de Ghana, John Kufour, un acuerdo bilateral.