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domingo,
16 de
julio de
2006 |
Vida privada. Los terrenos valen entre 10 y 100 dólares el metro cuadrado
Cuando lo que valen son los servicios
Con buenas vías de acceso, transporte y mercados cerca los lotes cotizan mejor
Comprar un terreno en un barrio cerrado o un club de campo es una decisión que se apoya en diferentes variables. Están quienes promueven una inversión a futuro; las familias que sienten la necesidad de vivir en lugares más seguros, con vecinos conocidos y reglas que se respeten; o quienes buscan un lugar de fin de semana que les permita el contacto con la naturaleza y la práctica de deportes. Los distintos emprendimientos se proyectan en función de estas necesidades, con perfiles acordes a cada comprador. También son disímiles los precios de los lotes, que arrancan desde los 10 hasta los 100 dólares el metro cuadrado.
Pero antes de embarcarse en estos proyectos hay que conocer algunas cosas. Conviene tener en cuenta la diferencia entre cada urbanización y cuáles son los servicios que ofrecen. En general los barrios privados son desarrollos más pequeños, con espacios comunes más limitados y consecuentemente expensas más bajas.
En cambio, los countries presentan una oferta social y deportiva más completa que incluye canchas de tenis, fútbol y hasta terrenos para la práctica del golf. También los lotes son más grandes y las exigencias en cuanto a edificación resultan más rigurosas. En los clubes de campo o de río, las actividades se rigen por la posibilidad de desarrollar actividades ecuestres o náuticas, generalmente hay menos parecelas pero son más amplias. También es menor la cantidad de familias que residen allí en forma permanente.
Obviamente, las características de la urbanización inciden en el valor de los lotes. De acuerdo a un estudio de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) el rango de precios de estos emprendimientos es sumamente amplio. Los terrenos se ofrecen desde los 10 dólares el metro cuadrado, hasta los 100. Los más onerosos resultan los countries y clubes de campo, emplazados más cerca de Rosario.
Antes de inclinarse por una u otra opción, los agentes inmobiliarios aconsejan también tener en cuenta las facilidades de transporte y las vías de acceso a cada urbanización, las exigencias que se imponen a la hora de construir una vivienda, las normas de convivencia propias de cada barrio y la existencia de servicios accesibles: como remises, rotiserías, emergencias médicas, farmacias o deliveries que lleguen hasta el lugar.
Los más cautelosos confían una fórmula que nunca falla. "No hay que ir de visita un domingo de sol, sino un martes de lluvia, e imaginar qué haría uno ese día si de repente uno de sus hijos tiene 39 grados de fiebre. Así se descubre realmente cómo es la vida en ese barrio", sostiene un agente inmobiliario y rápidamente pide reserva de su nombre.
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La distancia a Rosario es decisiva.
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