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domingo,
16 de
julio de
2006 |
Corralito y
superpoderes
La Corte Suprema de Justicia no puede dictar sentencia sobre casos como el corralito y los deudores hipotecarios porque el presidente argentino no se decide todavía -a pesar de los pedidos de jueces del máximo tribunal- a formalizar ese organismo judicial. Y nosotros, las víctimas del corralito, desde que el Congreso concedió en 2001 (¿o 2002?) superpoderes al presidente de entonces, estamos asombrados por cuánto dinero han desparramado los gobiernos por todo el país y también los bancos, que anuncian créditos para quien demuestre que lo podrá devolver cuando aún mantienen acorralados los ahorros de quienes creyendo en su rectitud y responsabilidad, les entregaron sus dólares a plazo fijo. El Banco Francés es uno de ellos. ¿Y ahora que otra vez el Senado aprobó superpoderes, con opción a los decretos de necesidad y urgencia, adelantándose a los acontecimientos por si acaso, qué pasará? Argumentan que otros gobiernos anteriores aplicaron esas normas. Claro que sí (hasta recuerdo cuando Perón aplicó "las retenciones al campo"), pero, ¿se justifica que si hubo o hay equivocaciones continúen avanzando, gobierno tras gobierno, hasta que sea imposible corregir? Un ejemplo está en el avance de la inseguridad. Al Poder Legislativo le corresponde la responsabilidad mayor, para que tanto ellos mismos (diputados y senadores) como los poderes Ejecutivo y Judicial, además del pueblo soberano, comprendan que somos una República con una Constitución a respetar. Y es justo agradecer a los periodistas y comunicadores radiales, televisivos y gráficos, verdaderos profesores, por enseñarnos en forma muy clara para que tal vez aprendamos alguna vez a votar.
Haidé Z. de Garello, LC584.095
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