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 domingo, 09 de julio de 2006  
Zidane ofrece su última actuación

Ultima estación. Adiós definitivo. Número final. La final de la Copa del Mundo en el estadio Olímpico de Berlín será el último escenario en el que actuará el Mago Zinedine Zidane, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.

  El capitán francés escribirá hoy ante Italia el capítulo final de su carrera. El cariz épico o trágico de su contenido lo determinará el resultado del partido. Pero lo que es seguro es que con su inesperado renacimiento, Zizou se ganó definitivamente un lugar en el podio de los más grandes, como Diego Maradona, Pelé o Johan Cruyff.

  Si no hay lágrimas de alegría por el segundo título mundial francés después de 1998, las habrá cuando Zidane diga adiós, luego de 108 partidos internacionales y 758 como futbolista profesional.

  La historia de Zidane pasará a los anales de los Mundiales. Empezó hace un año con su retiro del retiro, que había decidido frustrado tras caer en unos discretos cuartos de final en la Eurocopa de 2004 ante Grecia. Pero cuando Francia se encontró en problemas durante la clasificación para Alemania, el gran capitán volvió al puesto de mando de un barco a la deriva.

  Sin palabras altisonantes, la silenciosa estrella marcó inmediatamente el rumbo. Y aunque sin estridencias, nadie expresó el lema de manera más rotunda: “Quiero ser de nuevo campeón del mundo”.

  Luego de algunos partidos con intermitencia que amenazaron con quitarle la titularidad por parte del DT, no se sabe si la actitud de Domenech buscaba en realidad provocar una reacción del genio. Si es así, fue sencillamente genial, ya que sus pies volvieron a funcionar en el momento justo.

  El número 10 francés demostró de nuevo por qué fue elegido tres veces mejor jugador del mundo y lideró a su equipo de jubilados a la victoria ante España. En el derrocamiento de Brasil, el Mago enseñó de nuevo la altura de su arte. El balón, que acaricia como casi ningún otro, era de nuevo su amigo.

  Hoy, cuando millones miren a Berlín para despedirse de Zizou, la música del maestro se escuchará por última vez. El mundo del fútbol será tras el 9 de julio más pobre.


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