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 domingo, 09 de julio de 2006  
El invierno comenzó a despedirse con rebajas desde las vidrieras
Obligados por cortos períodos de frío, los comercios lanzaron liquidaciones de hasta un 70 por ciento

El invierno volvió ayer al mediodía a su cause normal. Tras una semana calurosa y húmeda, un abrupto descenso de más 10 grados de temperatura y lluvia hicieron recordar a la gente que recién se está atravesando el invierno. No obstante, las vidrieras ya se están despidiendo del frío: "Liquidación temporada 2006" se lee en los comercios de indumentaria que proponen un 20, 30, 40, 50 y hasta 70 por ciento de rebaja en los precios de botas, abrigos y ropa de lana. La tropicalización del clima es un hecho desde hace varios años (ver aparte) y obliga a los comerciantes a echar mano a distintas estrategias para enfrentarla.

El saber popular asegura que "cada vez el invierno es más corto" en este hemisferio. Y la frase parece tener rigor si se tienen en cuenta los comentarios de algunos fabricantes de prendas de vestir de la ciudad. Andrea Garrone hace 23 años que abrió la casa de ropa femenina Melocotón y asegura que en esa época "el frío era más riguroso".

Cuenta que vendía sweaters de lana virgen que ahora no podría ni pensar en exhibir en las vidrieras. "Es que son prendas que veo en Europa o en Nueva York, donde sí hace mucho frío pero acá no podemos apostar a ellas porque el tiempo de comercializarlas cada vez es más corto. Nuestro clima está parecido al de Río de Janeiro", describe.

La empresaria dice que hace varios años decidió adelantar las temporadas. Tanto así es que la semana que viene ya les estará presentando los diseños primavera-verano a los mayoristas. "Hace tres meses que estoy trabajando en las prendas de la futura temporada", afirma.


La muerte del bremer
La vidrieras lucen distintas leyendas que hacen mención a las rebajas: en inglés o en castellano, todo viene bien para comunicar que las bufandas, guantes y pulóveres ya fueron por este año. Pero el negocio de Ana Benítez parece ser la excepción de la regla. "El viernes (por anteayer) vendimos sweaters con el aire acondicionado encendido dentro del local", se ríe la empresaria, cuyas prendas provienen de Mar del Plata. No obstante, la mujer reconoce que cada vez se vende menos bremer y angora. "Las modelos de expandex (sintético) han reemplazado a las de lana pura, que siguen siendo solicitadas por las señoras a las que les preocupa sobre todo la calidad de las texturas. Las jóvenes se animan más a las prendas livianas".

Quienes diseñan y fabrican ropa de piel no se las han visto mejores con estos veranos que se intercalan en el propio invierno. Así lo sostiene Teresa Makhat, titular de creaciones Malake.

"En nuestra región vivimos veranos intermedios y pocos días con mucho frío, por eso nosotros apuntamos a vender en el sur del país y en los destinos invernales con turismo internacional", dice la empresaria.

Makhat lamenta que en los últimos años, cuando su producción está a full, las vidrieras empiecen a liquidar las prendas, pero entiende que su rubro juega con desventajas.

"Por los costos que manejamos debemos apelar a otras estrategias de venta, ya que no es lo mismo fabricar remeras que sacos de cuero y piel, que debemos ofrecer al público a razón de 800 pesos", sostiene Makhat.

En materia deportiva el panorama no es muy diferente. La firma local Sonder ya cumplió 14 años. Pero según cuenta su dueña, Silvana Dal Lago, los buzos y camperas dejaron de hacerse de frisa y comenzaron a fabricarse con tela rústica (frisa sin pelos) "porque es más largo su tiempo de uso cuando los días de calor superan a los de frío. Ya no va más eso de pasar la ropa arriba del placar en invierno y en verano, ahora hay que colgar en las perchas ropa bien variada".

La decisión de cambiar de tela la tomó Sonder hace varios años con el fin de que la gente que acostumbra adquirir esta ropa deportiva pueda usarla desde marzo y durante todo el invierno, sin problemas. Y aclaró que lo único que se sigue usando como siempre es el pólar, ya que "es una tela abrigada pero liviana", adaptable a todas las estaciones.

"A mí particularmente -agrega Dal Lago- no me gusta sacar una colección y liquidarla al mes y medio, me parece una falta de respeto para el cliente que compró con precio de temporada".
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