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| lunes,
03 de
julio de
2006 |
Aquí Pekerman, allá el resto
Grondona tratará de convencer a José, si no lo logra recién pensará en otros
Gustavo Yarroch / DyN
José Pekerman sorprendió a propios y extraños al anunciar que su ciclo en el seleccionado argentino estaba cumplido. Y le generó una preocupación extra a Julio Grondona.
El presidente de la AFA se quedará en Alemania hasta que termine el Mundial y cuando regrese a Buenos Aires hará un último intento para convencer al técnico de que siga, pues quedó más que conforme con su trabajo.
Pero Grondona está intranquilo. Sabe que Pekerman difícilmente dé marcha atrás en su decisión. Y también que el propio técnico ya les comunicó a todos sus colaboradores que tienen el camino libre para aceptar cualquier eventual propuesta de trabajo, más allá de que el contrato de todos con la AFA vencerá recién en septiembre de este año.
La encrucijada en que se encuentra Grondona tiene relación directa con el escenario que se planteó tras la eliminación por penales ante Alemania. ¿Cuál escenario? Que como pocas veces en la historia, esta vez no aparece un candidato natural inmediato.
En principio, el nombre que aparecería con mayor fuerza es el de Carlos Bianchi por sus méritos deportivos (con Boca se convirtió en el técnico más ganador).
Sin embargo, Bianchi ya le dijo que no a Grondona tras la renuncia de Marcelo Bielsa. Y también se sabe que ninguno de los dos siente simpatía por el otro.
Casi en el mismo escalón que Bianchi surge el nombre de Diego Maradona, quien ya se postuló para el puesto.
“Veremos qué pasa con Pekerman, pero después del Mundial me gustaría hablar con Grondona la posibilidad de llegar a la selección”, dijo Maradona en más de una oportunidad.
Grondona siempre asegura que lo tiene muy en cuenta, pero en el fondo le teme a la personalidad de Maradona y a su lengua filosa. Llegado el caso, habrá que ver si se anima a convocarlo.
Por más que hace bastante que no dirige, Grondona siempre asegura que el mejor entrenador que tuvo el seleccionado fue Carlos Bilardo, campeón en México 1986 y subcampeón en Italia 1990, y a quien lo une una muy buena relación. Pero Bilardo está lejos de contar con el consenso popular y además sigue muy abocado a sus tareas periodísticas.
Quienes conocen a Grondona aseguran que un técnico que le gusta mucho es Miguel Angel Russo, por su perfil serio y trabajador. Aquí, la contra sería que Russo no es un DT muy popular y emparentado ideológicamente con Bilardo, cuyo credo futbolero divide las aguas entre adherentes y detractores casi por igual.
Una aclaración: el técnico de Vélez propone un fútbol mucho más ofensivo de lo que buena parte de la gente cree.
A decir verdad, Alfio Basile supo armar uno de los mejores planteles de la Argentina, aunque el dóping positivo de Maradona en EEUU 1994 terminó derrumbando a un equipo que pintaba para campeón en aquel Mundial.
En Boca, el Coco demostró que sigue vigente. ¿Por qué no darle una nueva oportunidad, entonces? Si se le pregunta públicamente por él, Grondona lo elogia. Pero hay quienes sostienen que en privado no dice lo mismo.
También aparecen dos entrenadores jóvenes con perfil para ocupar el cargo en algún momento por estar identificados con el seleccionado: Diego Simeone, hoy técnico de Estudiantes de La Plata, y Jorge Burruchaga, en Independiente.
Como puede verse, el panorama aparece difuso. Habrá que esperar. Por lo pronto, el tiempo de los lobbyes postulando a uno u otro nombre ya puso en marcha su maquinaria. En algunos casos, desinteresada; en otros, todo lo contrario.
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Grondona debe decidir qué hará si Pekerman ratifica su decisión.
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