Controversia gubernamental por un traslado de uranio

Un cargamento con uranio que llegó el viernes último al puerto de la ciudad de Buenos Aires generó una controversia entre el gobierno porteño y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), por la interpretación de un artículo de la Constitución porteña que prohíbe el traslado de sustancias y desechos radiactivos por la ciudad.

El cargamento llegó a la terminal tres importado desde Houston, Estados Unidos, por la empresa Dioxitec, propiedad de la CNEA, y tiene como destino la ciudad de Córdoba, en donde se lo procesará para enviarlo a las centrales atómicas de Embalse Río Tercero y Atucha.

La organización ecologista Greenpeace (cuyos activistas resisten en el puerto el traslado) advirtió esta situación y la denunció al gobierno porteño que, a su vez, en razón de la artículo 26 de la Constitución de la ciudad, dio aviso al Ministerio del Interior para que Prefectura Naval impida la salida del puerto del cargamento con uranio.


Prohibición
Ese artículo declara a la ciudad de Buenos Aires como territorio "No nuclear" y prohíbe la producción de energía nucleoeléctrica y el ingreso, la elaboración, el transporte y la tenencia de sustancias y residuos radiactivos.

Pero a su vez, regula "por reglamentación especial y con control de autoridad competente, la gestión de los que sean requeridos para usos biomedicinales, industriales o de investigación civil".

El cargamento con uranio se encuentra depositado en una plazoleta fiscal destinada al acopio de sustancias peligrosas, custodiada por la Prefectura Naval en la costanera sur, a la altura de la calle Brasil, a la espera de que se resuelva la controversia.

Voceros del gobierno porteño dijeron "si mañana (por hoy) presentan la documentación y está todo en regla, no habrá problemas en dejar pasar la carga".

La orden de frenar la salida del cargamento provino del jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman, quien instruyó a la subsecretaría de emergencia a requerir informes a la CNEA sobre el tipo de sustancia que se trasladará y sobre qué recaudos se estan tomando.

Diego Jinchik, jefe de relaciones internacionales de la CNEA, dijo que lo que se trasladará no es una sustancia radiactiva, ya que se trata de uranio en estado natural, en polvo, y que el único peligro es que alguien lo ingiera, pero que no implica riesgos en caso de inhalación.

El funcionario aseguró que "aquí no se está violando ninguna Constitución porque no es un material radiactivo ni un residuo" y agregó "todo esto es una camnpaña contra la energía nuclear que protagoniza Greenpeace".

Jinchik reveló que informarán al gobierno porteño sobre cómo se trasladará el uranio y en qué estado se encuentra. Aseguró que la CNEA "hace diez años que efectúa este tipo de traslados". (Télam)

Los ambientalistas, ayer en el puerto.