Problemas con los médicos de cabecera

El problema para los jubilados podría agravarse más aún con la nueva situación de los médicos de cabecera. El Pami reduciría la cantidad máxima de afiliados que puede atender cada médico de cabecera: de mil la bajaría a 700, lo que generaría una redistribución entre todos los afiliados.

Muchos jubilados perderían así la continuidad de atención con el médico de cabecera con el que venían atendiéndose por años.

Otra situación crítica se da en el sanatorio Litoral (ex hospital Ferroviario), cuyos directivos habrían anunciado que de no corregirse la asignación de cápitas de internación tendrían que cerrar el nosocomio el miércoles próximo.

Es que este efector bajó las cápitas de 18 mil a 5 mil, pese a tener alta capacidad de camas disponibles, lo que tornaría imposible su continuidad. Allí están internados 60 pacientes de Pami, que nadie sabe adónde podrían ir.

Como contrapartida, al sanatorio Julio Corzo (nuevo prestador) le asignaron 3 mil cápitas más que al Litoral, aunque no tendría capacidad para absorberlas. Se comenta que en esta asignación habrían influido fuertes intereses políticos.