Chrysler ataca con fuego cruzado

La marca presentó en el país el Crossfire, en versiones Coupé y Roadster. Tiene la plataforma del Mercedes SLK, y el clásico estilo de los “muscle cars” yanquis

DaimlerChrysler de Argentina presentó en el país el Crossfire, un deportivo que sintetiza el origen germano y norteamericano del grupo automotriz que lo creó. El nuevo modelo está basado en la plataforma de la anterior generación del Mercedes Benz SLK, pero con un diseño inspirado claramente en los deportivos americanos. El modelo llega al país en dos versiones, Coupé y Roadster convertible, ambas con un motor V6 de 3,2 litros y 218 caballos de potencia.

  El Crossfire posee una carrocería de una sola pieza creada por la prestigiosa casa de diseño alemana Karmann, de Osnabrück, que se ha inspirado en el edificio Chrysler de Nueva York, uno de los exponentes más relevantes del art-deco de principios del siglo XX.

  Para la construcción se utilizaron materiales como aluminio en la carrocería y fibra de carbono en el chasis. La carrocería compacta tiene su centro de gravedad bajo, lo cual junto a la generosa distancia entre ejes, le otorga una gran estabilidad. Para colaborar con la tenida del tren trasero se incorporó un alerón retráctil que se despliega en forma automática al superar los 100 km/h de velocidad.

  Por dentro se destacan los detalles cromados en las puertas, volante y panel de instrumentos. Las butacas (sólo dos plazas) son de competición, tapizadas en cuero natural, calefaccionados, con ajuste eléctrico en cuatro direcciones y con el emblema alado de Chrysler en los apoyacabezas.

  En materia de seguridad, posee un testigo que controla la presión de los neumáticos, airbags frontales y laterales de tórax montados dentro de las puertas, y un programa electrónico de estabilidad (ESP) que integra la intervención del freno y del acelerador para corregir la trayectoria. Los frenos son de discos ventilados adelante y macizos atrás, con ABS y sistema de asistencia al frenado de emergencia.

  La versión Roadster del Crossfire presenta detalles especiales, como —obviamente— la capota flexible que se pliega en sólo 22 segundos, y las barras antivuelco de protección.   Dentro de la dotación de equipamiento, cuenta con un sistema de sonido Infinity Modulus de 240 W, columna de dirección telescópica, climatizador de doble zona y contro de velocidad crucero. El motor de las unidades que se importan en Argentina es un V6 de 3,2 litros que entrega 218 caballos de potencia, que gracias al empleo del aluminio pesa 30 kg menos que sus rivales. La transmisión es manual de 6ª en el Roadster, que le permite alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima. En tanto, la Coupé trae una caja automática de 5ª con función secuencial Autostick, y también logra 250 km/h de punta, limitada electrónicamente.

  El Crossfire se comercializa en Argentina en versión Limited, con motor V6 3.2, y cuesta 61 mil dólares para la Coupé ATX automática, y 69 mil el Roaster MTX. De la mano del repunte de ventas del segmento premium, el Crossfire suma otro deportivo pura sangre a las calles argentinas, acompañando a sus grandes rivales: el Nissan 350 Z y el Audi TT.