Alto riesgo. Tom Cruise vuelve mañana a la cartelera de cine rosarina con "Misión Imposible III"

Una estrella en busca de la felicidad en los libretos que escribe Hollywood

El actor vuelve a la pantalla grande con el tercer capítulo de la saga inspirada en la serie de televisión de los 70

Ricardo Luque / La Capital

No es una exageración o un lugar común decir que todo el mundo lo conoce, es así. Su rostro aniñado, sus ojos verde agua, su flequillo lacio apenas caído sobre la frente y, sobre todo, su sonrisa amplia y generosa, que luce con orgullo esa dentadura blanca y perfecta que sólo puede pagar una estrella de Hollywood son una marca registrada aquí, allá y en todas partes.

Pero esa familiaridad que inevitablemente se siente cuando uno lo ve aparecer en un programa de televisión, en la portada de una revista o en el afiche de una de sus películas es ciertamente falsa. Porque por mucho que la prensa, la seria y la del corazón por supuesto, se empeñe en ventilar a los cuatro vientos su vida y milagros, la verdad es que nadie sabe, a ciencia cierta, quién es Tom Cruise.

Nació en el 3 de julio de 1962, en Syracuse, Nueva York. Fue se seminarista, debutó en cine con Franco Zefirelli, en "Amor sin fin", en 1981, y saltó a la fama con "Top Gun", en 1986. Se casó dos veces, la primera con Mimi Rogers, en 1987, y la segunda con Nicole Kidman, en 1990, con quien adoptó dos hijos, Isabella, de 13 años, y Connor, de 11. Ambos matrimonios terminaron en divorcios.

Su biografía parece no dejar margen para la duda. Aunque al repasar su carrera, que ya lleva poco más de 25 años, surgen los interrogantes. Porque, antes de llegar al presente feliz que disfruta por estos días y que no se cansa de pregonar, desde que se enamoró de Katie Holmes, le propuso matrimonio en la Torre Eiffel y fue papá de Suri, tuvo actitudes alentaron el equívoco.

Y no fue así por las revelaciones que hizo Chad Slater, el actor porno que confesó haber mantenido un romance con el actor. Es bien sabido que en Hollywood cuando una estrella se separa los rumores corren como reguero de pólvora. Las preguntas surgen a partir de su sinuosa trayectoria que lo llevó de ser un galancito que arrancaba suspiros a las teenagers al cine serio y a las aventuras de acción.

¿Quién es Tom Cruise? ¿El carilindo y musculoso barman de "Cocktatil" (1988), el veterano de guerra inválido de "Nacido el 4 de julio" (1989) o el millonario atormentado de "Vanilla Sky" (2001)? Es difícil decirlo, aunque es muy fácil caer en la tentación de pensarlo a imagen y semejanza de su personaje de "Magnolia" (1999), que da seminarios para enseñar como seducir y después abandonar a las mujeres.

Un error. Porque hoy su presente se parece más al de Ethan Hunt, el agente secreto de "Misión: imposible III", la película que esta semana lo devuelve a las carteleras de cine alrededor del mundo. Es que en la nueva entrega de la saga inspirada en la popular serie de televisión de los años 70, el muchacho se enamora y es vulnerable. Para sus enemigos, y también para su novia.

Porque el amor, mal que le pese a Corín Tellado, expone al hombre a sus debilidades. Y aunque el corazón, como bien apunta Woody Allen en "Hannah y sus hermanas", es un músculo muy elástico, también es muy frágil. Y ahí está el bueno de Tom saltando sobre los sillones en el programa de Oprah Winprey para demostrarlo. Porque es bueno que un padre se sienta feliz, pero no que haga el ridículo. Menos en público.

"Nunca me he sentido tan bien como me siento ahora", es la muletilla en la que cae cada vez que se acerca a un micrófono. "Cuando llueve, me encanta que llueva; cuando hay sol, me parece glorioso -insiste sin darse cuenta de que está siendo más empalagoso que un tarro de miel-. No sé, tiene que ver con que Katie es un ser maravilloso. No puedo explicarlo de otra manera. Me ha cambiado por completo".

Y el cambio más drástico lo experimentó su estrategia de marketing. Basta de escapar de los paparazzi, basta de ocultar la vida privada, basta de mantener a raya a los fans. Hoy Tom Cruise, y su novia Katie Holmes, se esfuerzan por mostrarse transparentes que, como bien explica Edgar Allan Poe en "La carta robada", es el plan perfecto cuando se quiere guardar un secreto.

Ahora queda por saber si la exposición pública a la que se sometió la pareja beneficiará a la carrera de Tom Cruise que, después de la tímida respuesta que recibió "Guerra de los mundos", su última aventura cinematográfica con Steven Spielberg, y la polémica que generó su intento de censurar a "South Park" por las críticas que el programa hacía a la cienciología, quedó mal herida.

Pero los profesionales, como Ethan Hunt, como Tom Cruise, asumen los riesgos de su trabajo. Pero en el cine, como en la vida, para ser un héroe hay que atreverse a ponerle el cuerpo a las balas. Y para hacerlo hay que tener coraje, hay que atreverse a tirar el libreto a la basura y hacer lo que realmente le venga en ganas. Esa es la verdadera misión imposible.

Tom Cruise vuelve a meterse en la piel del intrépido agente secreto Ethan Hunt.