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domingo,
23 de
abril de
2006 |
Viajeros del tiempo
Las señales de Marte y los martianos. La historieta de las señales hechas en el planeta Marte carece de originalidad porque se la renueva tres o cuatro veces en un siglo. Natural era que volviese en los últimos días del siglo XIX. Es mucha la imaginación que en los periódicos se ha prodigado. A fines de diciembre en la oficina internacional de Kiel, encargada de varios observatorios, verdaderos astrónomos señalaban unas proyecciones de Marte. Algunos creyeron entonces que los martianos nos estaban sin duda saludando por el nuevo siglo y cada uno se puso a fantasear a sus anchas acerca de la inteligencia de esos seres. Ya en otras varias ocasiones se había creído que nos habían dirigido señales y para contestarlas se habían inventado las señales geométricas en el suelo, el cuadrado de la hipotenusa, etc. etc. Todavía no hace tres años que se imaginó establecer estaciones luminosas en siete de las grandes ciudades de Europa, de suerte que figuraran las siete estrellas del norte. Los martianos habrían comprendido muy bien porque, estando ese planeta más adelantado en evolución que la Tierra, sus habitantes deben sernos superiores. Pero en esta ocasión se ha hecho mucho ruido por nada. Los resplandores que se observan de Marte son un fenómeno independiente de la voluntad de sus habitantes ya que se deben a la reflexión de los últimos rayos solares del día sobre las crestas nevadas de sus altas montañas o sobre las nubes muy elevadas de ese planeta. En la Tierra, el sol ilumina las cimas de nuestros ventisqueros y los martianos verán también esas proyecciones. Pero han de estar ya cansados de tales apariciones y por lo tanto deben haber cesado de creer que nosotros les hablamos desde una distancia de catorce millones de leguas.
Sorteo de juguetes. Damos a continuación los nombres de los niños que han sido favorecidos por la suerte en el sorteo de juguetes celebrado en la matinée del domingo en el teatro Cómico: Salvador Puccini, José Godoy, Luis Delfo Castagnino, Concepción Rodríguez, Vicente Vidal, Enrique Surini, Emilio Berta, María Elena Zocer y Trinidad Bla.
Turco sin patente. El Turco Juan Ismael, que vendía sus "cosas lindas y baratas" en jurisdicción de Carmen del Sauce sin estar provisto de la patente respectiva, ha sido preso y remitido al departamento central de policía.
Raspas lunfardos. Para que no se dude de los avances del Rosario y de las inteligencias que lo habitan, los rateros siguen perfeccionando sus procedimientos expropiadores cada día más, aguzando el ingenio para sorprender a los incautos. Ultimamente han puesto de moda lo siguiente: uno de ellos llama la atención de un transeúnte hacia la parte trasera del saco diciéndole que se le quema o que lleva adherida alguna sustancia repugnante. La víctima se esfuerza para ver la mancha o quemadura hasta descogotarse a fuerza de darle vuelta a la cabeza y como no puede ver lo que no existe, se deja manosear por el avisador y por algún otro oficioso curioso que se aproxima, y entre ambos lo dejan hasta sin camiseta en menos de lo que canta un gallo. El transeúnte, muy bien robado, cuando los rateros han terminado la operación se retira encima balbuceando un muchas gracias y un tanto avergonzado. Es bueno prevenirse contra esta estratagema de los lunfardos.
Investigación y realización Guillermo Zinni.
Ver La Capital de 1901 y 1903.
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