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domingo,
16 de
abril de
2006 |
Protestar tiene
un alto precio
En todo EEUU, algunos trabajadores y estudiantes han pagado un precio por participar en las multitudinarias protestas a favor de inmigrantes ilegales, que se han realizado a lo largo del país del norte. Ahora, algunos organizadores le han pedido a la gente no arriesgar su trabajo o educación para asistir a demostraciones, y planean reprogramar las marchas para horas nocturnas o fines de semana. "Esto es preocupante porque se trata de un grupo demográfico que históricamente no sale a la calle a fijar posición sobre algún hecho", indicó Germonique Jones, vocero del Centro para un cambio comunitario, que ha organizado marchas en Washington. "Obviamente no queremos que la gente pierda su trabajo", destacó Jones. Otros opinan que los manifestantes están dispuestos a sacrificarse para demostrar la importancia de la reforma migratoria que se estaba tratando en el Congreso. Algunos de los despedidos podrían ser readmitidos luego de que grupos de derechos civiles han intercedido a su favor ante los patrones. Ayer, el Partido Demócrata culpó al presidente George W. Bush y a los republicanos de bloquear la reforma migratoria a través de una campaña orquestada para usar a los extranjeros ilegales como "chivos expiatorios".
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