Alvarez tiene la chance de afirmarse en el arco

Cristian Alvarez y Juan Marcelo Ojeda tienen algunas cosas que los emparentan. A ambos le llegó la gran posibilidad de afirmarse bajo los tres palos canallas en un clásico, después de haber debutado anteriormente en partidos que no les fue bien en cuanto a resultados, pero sí en sus rendimientos que fueron considerados auspiciosos.

Parecidos en eso, en la gran responsabilidad que les tocó asumir con muy poca experiencia, el caso de Juan Marcelo Ojeda se diferencia en otras cosas al de Alvarez. Es que el oriundo de Arroyo Seco debutó por decisión del técnico y no porque se haya lesionado el titular, por aquel entonces Julio Gaona. Es más, Miguel Angel Russo, en su último partido al frente de Central, se lo anunció horas antes de enfrentar a Colón, con el que perdería 1 a 0.

Para Ojeda después vendrían tres empates sucesivos durante el interinato de Hugo Galloni, en el cierre del Clausura 2004. Y nuevamente tomaría la titularidad por decisión táctica, ya que Víctor Púa lo sacó al colombiano Robinson Zapata tras el debut canalla en el Apertura 2004 ante Arsenal y le dio la responsabilidad de los tres palos nada menos que en el clásico de la 2ª fecha en Arroyito.

Se puede decir que en resultados no le fue nada bien a Ojeda, ya que perdió dos encuentros, uno de ellos el clásico en el Gigante, de sus primeros cinco e igualó los tres restantes. Pero en todos los casos su actuación fue elogiada, al punto que se ganó luego la titularidad.

Alvarez debutó en un contexto difícil, en el choque copero en Arroyito frente a Cerro Porteño y vivió una situación extraña en el primer gol paraguayo, donde no se entendió con Ramiro Fassi. Pero antes y después pareció absorber el nerviosismo del debut con personalidad. Después jugó casi todo el segundo tiempo en el Monumental, ya con Central perdiendo 2 a 0, y no le marcaron goles pese a las numerosas veces que le llegó el rival.

Y ahora a Alvarez le tocará vivir una situación parecida a la de Ojeda, de la que buscará diferenciarse en cuanto al resultado final, aunque no del rendimiento. Como bien dijo, quiere transformar este hecho fortuito en una oportunidad y hoy tendrá una magnífica ocasión de empezar su siembra.