El empate no le sirve a nadie

Newell's tiene mucho para ganar. Central tiene mucho para perder. En esa balanza, siempre subjetiva y nunca precisa, donde se pesan las realidades de ambos equipos, esa parece ser la sentencia de un resultado.

Si ganan los rojinegros incomodarán a River que juega después y podrían volver a la punta si los millonarios no vencen al encumbrado Lanús. Mientras que si el equipo de Pumpido pierde no resignará sus chances de título, aunque quedaría a cuatro de la punta si triunfan los de Passarella.

Si ganan los auriazules mejorarán en lo anímico y darán un paso adelante en crecimiento, o al menos pueden poner la piedra basal, pero será una cosecha poco sustancial en un campeonato que aparece perdido. Mientras que si el equipo de Astrada pierde el clásico, seguirá en el incómodo puesto de ser el equipo que le sigue al último que promociona.

En la comparación de los técnicos se puede decir en cambio que Leonardo Astrada es el que tiene más para ganar y no tanto para perder. Una victoria le daría un mayor voto de confianza del hincha. Algo que Nery Pumpido se viene ganando desde hace unos meses, puesto que se está metiendo de a poco en el corazón del simpatizante rojinegro. Una victoria sólo acentuaría esa tendencia y una caída no impactaría tan negativamente en su trabajo.

En cambio, nadie podrá endilgarle tanto el peso de una derrota al Jefe, ya que no se desconoce en qué condiciones tomó el equipo y el escaso tiempo para meterle mano en vistas del calendario apretado que tuvo Central. Pero la importancia de una victoria para él es mayor que para la de su colega, ya que aún tiene que ganarse el afecto de los hinchas.

¿Y un empate? En un clásico nunca nadie lo ve mal aunque, como nunca, la victoria aparece demasiado seductora para ambos y aparece como la mayor garantía de un espectáculo lleno de emociones. En eso, ganan todos.