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 domingo, 26 de marzo de 2006  
Lecturas
Un libro misterioso
Novela: "El pentágono", de Antonio Di Benedetto. Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2005, 156 páginas, $ 29.

Rubén A. Chababo

En 1955 la Editorial Doble P daba a conocer al público lector "El pentágono (novela en forma de cuentos)" de Antonio Di Benedetto, un desconocido escritor mendocino que habría de convertirse con el paso de los años en uno de los novelistas más importantes de la lengua española. Casi veinte años después, más precisamente en 1974, ese mismo texto volvía a editarse pero bajo el título de "Annabella". Ahora, tres décadas más tarde, Adriana Hidalgo editora vuelve a sacar a la luz ese mismo texto con su nombre primigenio. El valor de esta edición es doble: por una parte, pone en manos del público lector de habla hispana una valiosa obra ya desaparecida de los anaqueles de las librerías; por otra, valoriza un texto que sin lugar a dudas tiene el carácter de ser un antecedente incuestionable de la literatura experimental.

"El pentágono" no es de fácil lectura, exige del lector una predisposición a entregarse al juego que el autor le propone: no otro que el de ir rearmando a modo de un rompecabezas la historia de amor en él contenida. Fragmentado en tres épocas o capítulos que a su vez pueden leerse de manera autónoma, cada uno de ellos a su vez forma parte de un juego geométrico más amplio en el que los personajes van desplegando su pasión amorosa, y también cayendo derrotados por ella.

Si bien hay una historia que se hilvana desde la primera hasta la última página, lo cierto es que más que una historia, "El pentágono" despliega distintas versiones o visiones de un mismo acontecimiento. En las páginas preliminares, Di Benedetto brinda instrucciones para entender el entramado de la historia que va a narrar guiando al lector en el complejo universo de relaciones que allí se tejen. Un yo organizador que será testigo y a la vez protagonista de una opera bufa en el que si hay un elemento puesto en entredicho es la verdad acerca de aquello que se cuenta que ha ocurrido. De allí que la figura de dos triángulos compartiendo un mismo vértice sea el mejor modo de graficar aquello que las palabras van narrando al interior de la novela.


LA PLURALIDAD
"«El pentágono» peticiona desde su mismo título una pluralidad de lecturas, ya que la forma cuento supone, en principio, la posibilidad de leer desordenadamente las piezas, seguir el orden del deseo, puesto que se sabe: en un libro de relatos no hay secuencia posible que lleve a una totalización", señala Julieta Néspolo en el excelente, preciso y polémico prólogo que acompaña a la edición de esta novela. Esa pluralidad de lecturas posibles de hacer, conforma la esencia experimental del texto de Di Benedetto. Versiones que se corrigen o ratifican y que vuelven evasiva la posibilidad de asegurar que algo ha de verdad acontecido tal como ha sido narrado páginas atrás. La laberíntica composición de la trama novelesca, la proliferación de historias que se va sucediendo diseña una red en la que lector y personajes terminan necesariamente interactuando. Esa activa participación del lector, el mismo tipo de lector que Cortázar reclamaba para la lectura de "Rayuela", es el que "El pentágono" convoca y exige para acompañar su historia.

El nombre de Cortázar no es evocado aquí por capricho, sino porque "Rayuela", aparecida en 1966, es tributaria directa de "El pentágono". Julieta Néspolo lo destaca con exactitud y vehemencia en su prólogo al demostrar que la renovación escrituraria por la que Cortázar fue reconocido de manera unánime por la crítica especializada ya tenía un fuerte antecedente en esta novela, a pesar de que el autor de "Rayuela" se haya empeñado en múltiples oportunidades en desconocer su deuda con esta obra de Di Benedetto, como si aceptar haberla alguna vez leído hubiera significado perder su lugar de precursor vanguardista. Néspolo se encarga de demostrar que al escribir "Rayuela", Cortázar tenía conocimiento de la existencia de "El pentágono" y que su lectura influyó en su manera de pensar la literatura y sus posibilidades de experimentación. Para demostrarlo, diseña una breve historia de las lecturas cortazarianas e indaga en las relaciones que Cortázar mantuvo, en una parte de su vida, con el campo cultural cuyano al cual pertenecía Di Benedetto.

Más allá de los cuestionamientos que los defensores de Cortázar puedan hacerle a Néspolo por el señalamiento de esta caída ética que ella advierte, y más allá incluso de ese lugar incuestionable que "Rayuela" tiene en el sistema literario hispanoamericano, cualquier lectura atenta de "El pentágono" obliga a repensar y revisar la serie canonizada.

Alguna vez Sergio Chejfec acertó a decir que "El pentágono" era acaso el "más misterioso libro de nuestra literatura", un misterio que tiene que ver no solo con la complejidad de su factura sino también con su estridente invisibilidad a pesar de su valor incuestionable. Esta reedición de Adriana Hidalgo editora acaso sirva no sólo para sacar a la luz este texto oculto sino para satisfacer a aquellos ávidos lectores que buscan sin descanso llevar frente a sus ojos eso que comúnmente se llama buena literatura.
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