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 domingo, 26 de marzo de 2006  
Entrevista. El ex líder de la JP aterrizó en la provincia con declaraciones polémicas
Dante Gullo relativizó la capacidad política del Lole
El dirigente kirchnerista fustigó a Reutemann y resaltó la figura de Agustín Rossi como referente

Walter Palena / La Capital

Autoexcluido en los noventa por la dinámica política e ideológica que se dio dentro del peronismo bajo la batuta de Carlos Menem, hoy Juan Carlos Dante Gullo -ex jefe de la Juventud Peronista en los 70- transita la geografía argentina como uno de los referentes del armado kirchnerista, sustentado en una agrupación amplia y variopinta llamada Compromiso K. Ese trabajo militante lo trajo a la provincia de Santa Fe, donde rescató como referente a Agustín Rossi y puso un signo de interrogación sobre el futuro del senador Carlos Reutemann en el diagrama de poder que bosquejan en la Casa Rosada.

"El esquema en el cual Reutemann se mueve no es el de la idea de un partido democrático", opinó Gullo, y desmereció su condición de administrador de la provincia por la manera en que alumbró a la vida pública. "Fue un producto de una visión pragmática de la política", dijo, y dio a entender que el Lole, si bien acompaña desde el Senado las iniciativas presidenciales, "se sentiría más cómodo en otra coyuntura".

Esta coyuntura, impregnada por el estilo K, representa para Gullo una contradicción a resolver. Dice que mientras Kirchner goza de un alto nivel de popularidad en distritos como Santa Fe o Capital Federal, ese escenario no se traslada luego en la aparición de nuevos dirigentes o de resultados electorales favorables. "La idea es ir generando un movimiento que sea una síntesis superadora donde se vayan articulando canales de participación y protagonismo", resaltó el dirigente kirchnerista en una entrevista con La Capital.

-Hay muchas agrupaciones que llevan el sello K y que se mueven en forma independiente. ¿La idea es que en algún momento se junten?

-Desde una óptica movimientista, debemos vincularnos y relacionarnos con espectros más amplios, ir trabajando mínimas ideas de articulación. La Argentina está viviendo un tiempo de transformación y se necesitan nuevos dirigentes. Una contradicción a resolver es que la alta consideración que tiene Kirchner en la sociedad no va acompañada de igual forma por ciertos procesos políticos. La Capital Federal es un ejemplo de esto.

-¿Agustín Rossi en Santa Fe representa a esos nuevos dirigentes que están buscando?

-Rossi significa hoy un elemento político muy importante. Primero por el rol que le cupo en las elecciones pasadas, donde tuvo que remontar una campaña que venía mal, y actualmente está cumpliendo un rol determinante como presidente del bloque Frente para la Victoria en Diputados. Insisto: uno ve en la provincia de Santa Fe que hay un nivel superior de adhesión a Kirchner a lo que el pejotismo puede llegar. Tenemos un 60 por ciento que avala las políticas del presidente, y ahí hay votos del peronismo, de Binner y el socialismo y de independientes.

-¿Lo incluye a Reutemann dentro del esquema del Frente para la Victoria?

-Sí, pero tiene que ser un Reutemann que sea comprensible para acompañar y aportar a este nuevo movimiento de la Argentina. También tiene que ser flexible y adaptarse a esta sociedad que está cambiando.

-¿Usted lo ve a Reutemann como un exponente del pasado, de la derecha?

-No es tan así, porque es difícil etiquetarlo. El fue producto de una visión pragmática de la política. No cabe duda que en él hay elementos que podrían apostar a la industrialización, a la producción y al trabajo. Pero el esquema en el cual Reutemann se mueve no es el de la idea de un partido democrático, de un movimiento que genere participación de todos los sectores. No sé si Reutemann piensa que hoy es un momento ideal para que Latinoamérica, como continente, eche las bases de un proyecto autónomo, independiente de los centros de poder internacionales.

-¿Esto es así aun cuando Reutemann apoya desde el Senado todas las iniciativas del presidente?

-Eso es circunstancial, porque no sé si Reutemann tiene hoy capacidad de generar un proyecto alternativo. No digo que no lo tenga, sino que lo desconozco. Reutemann está ahí..., la verdad no está aportando mucho a este momento de la sociedad política y latinoamericana. Tampoco sé si esta característica de dirigentes como Reutemann, si es que vale la pena hablar de dirigente político en este caso, tiene cabida en este momento o, de última, si no se sentiría más cómodo en otra coyuntura política.

-¿Cómo vivió los desacuerdos en el Congreso cuando se votó el feriado del 24 de marzo entre partidos políticos que también sufrieron la dictadura?

-Bueno... eso de sufrir hay que ponerlo entre comillas, porque da la casualidad que aquellos parlamentarios que en su gran mayoría aprobaron el feriado es donde se concentra casi todo el dolor de la represión habida. El radicalismo y el ARI no pueden jactarse mucho de haber estado en la primera línea de combate; al contrario, muchos de sus dirigentes, mientras otros eran torturados y desaparecían, fueron intendentes, jueces o abogados del Proceso. Y además convivieron libremente con los militares.
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Gullo le pidió flexibilidad y adaptabilidad al Lole.

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