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 domingo, 26 de marzo de 2006  
Decepción. Arrestaron a un mecánico de la zona sur luego de hallar en su taller costosos elementos sustraidos
Ganó la confianza de una familia y después les robó
Un chico de 16 años fue detenido junto con un hermano mayor por robar en una casa a la que entró con una copia de las llaves. "Era uno más de la familia", dijeron las víctimas, que lo conocían desde hace 4 años

Con cuatro años de amistad se ganó la confianza de una familia. Lo invitaban a reuniones, compartía almuerzos domingueros y hasta paseos por la isla. Lo consideraban sin dudas como un hijo más. Un chico de 16 años se aprovechó de ese cariño que le tenían para duplicar las llaves de la casa de sus amigos y esperar pacientemente a que sus dueños no estuvieran allí. Así, y con su hermano mayor como presunto cómplice, aguardó a que la casa quedara sola -eso ocurrió el jueves a la tarde- para entrar y robar un costoso televisor de pantalla de plasma, valuado en unos 15 mil pesos, y un reproductor de DVD. Los sospechosos fueron detectados rápidamente. La policía recuperó el aparato de TV y allanó un taller mecánico y una vivienda particular en zona sur, donde se revendían varios aparatos electrónicos que supuestamente habrían sido robados por los mismos muchachos.

La historia, si se quiere de traición, tuvo como víctima a los Borrel, una familia de clase media de barrio Echesortu. Severino, el padre, tiene dos hijos, María Florencia, de 20 años, y Leandro, de 16. El episodio que les tocó vivir los dejó más que sorprendidos. Ayer a la tarde, Severino y el novio de Florencia trabajaban en el recambio de todas las cerraduras de la casa por miedo a que alguna copia de las viejas llaves permaneciera aún en circulación y cayera en manos de otros delincuentes.

Sin desatender esa labor, y luego de que el televisor fuera restituido, Severino sostuvo ante La Capital: "Lo que te dijo la policía es verdad. El pibe era uno más de nosotros. Hasta lo llevé a pasear a la isla", afirmó mientras ajustaba los tornillos de un picaporte. Los chicos implicados en el robo son Jonatan A., de 16 años, y su hermano Miguel Angel, de 21.

El más chico, que según la policía confesó haber participado en el hecho, era amigo del hijo menor de Severino. Se conocían desde hacía unos cuatro años, aparentemente del barrio o de la escuela, lo cual no fue confirmado.

María Fernanda, hija mayor de Severino, fue quien descubrió el robo. El jueves pasado, la chica se encontraba sola en la casa de Montevideo al 3400 porque Severino y Leandro se habían ido de viaje a Entre Ríos por cuestiones laborales. La joven se marchó cerca de las 15.30 para ir al médico.


Búsqueda en el entorno
Cuando finalmente regresó a su casa, a eso de las 20, en principio no notó nada extraño, ya que la puerta de calle estaba intacta. Pero apenas se asomó al patio delantero pudo ver que la puerta de la cocina estaba abierta de par en par, a pesar de que la había dejado cerrada. "Ahí me di cuenta de que había algo raro. Cuando me asomé vi que la mesita del tele de 32 pulgadas estaba movida y que no estaban ni el aparato ni el productor de DVD", recordó.

La chica fue de inmediato a la seccional 6ª, de San Luis al 3100, donde radicó una denuncia. Al comprobarse que ninguna de las aberturas de la casa habían sido violentadas, los investigadores centralizaron la búsqueda de sospechosos en personas allegadas a los Borrel. Así obtuvieron el nombre de un pibe, Jonatan, quien tiene un hermano de 21 años con cinco antecedentes penales por delitos contra la propiedad, tres de ellos cometidos cuando era menor.

Otro dato importante que llegó a oídos de los pesquisas fue el testimonio del sereno de una cochera ubicada en la misma cuadra. La misma tarde del robo, este hombre fue visitado por un taxista que le contó una historia singular. El chofer le avisó al vigilador que unas horas antes había levantado prácticamente en la puerta de la casa de los Borrel a dos muchachos que llevaban un par de cajas con electrodomésticos.

Lo que le llamó la atención al taxista fue que los pasajeros pidieron ser llevados hasta Ituzaingó y Presidente Roca y que allí bajaron e inmediatamente tomaron otro taxi. Ese comportamiento motivó al chofer a volver al lugar donde había tomado el viaje y comunicárselo al sereno.

María Fernanda contó que Jonatan era uno más de la familia y que conocía gran parte de los movimientos de sus hasta ayer amigos. "El martes pasó por casa y me preguntó cómo me había ido con el doctor. Entonces le dije que me postergaron el turno para el jueves a las 15.30. Es decir, estuvo o estuvieron esperando que la casa quedara completamente sola para entrar", comentó decepcionada la chica. Y respecto de cómo pudo el pibe hacer una copia de las llaves, especuló: "Tal vez fue a comprar algo al quiosco con una llave y aprovechó un momento así".

"Con la información obtenida solicitamos una orden de allanamiento para una vivienda de Salta al 2300, donde viven Jonatan y su hermano", consignó el jefe de la seccional 6ª, Víctor Almada. "En el lugar no encontramos nada. Pero comenzamos a interrogar al menor, quien admitió que había duplicado la llave de la casa y participado del robo", agregó un oficial. La pesquisa derivó luego en un taller de Ayacucho y Estado de Israel, donde supuestamente los pibes entregaron los electrodomésticos a un reducidor.

La policía allanó el taller y la casa particular del mecánico. Entre los dos sitios se incautaron un televisor de 29 pulgadas, una filmadora Panasonic profesional, una cámara fotográfica digital, tres autoestéreos, dos parlantes, un radiograbador y un reloj calculadora. Según las fuentes, el mecánico no pudo acreditar la propiedad de esos artículos. También admitió que conocía a los hermanos, "quienes solían llevarle cosas para vender".

Sin embargo, ninguno de esos aparatos pertenecía los Borrel. "Estuvimos desde la tardecita y durante casi toda la noche rastrillando la zona de la villa porque el dato que se tenía era que allí, frente al taller, estaban el televisor de plasma y el reproductor de DVD", contó la fuente consultada ayer. Sugestivamente, el televisor apareció en una plazoleta de Ayacucho al 4600, dentro de una caja de cartón.

Con las tres personas demoradas -los hermanos como presuntos autores del robo y el mecánico como encubridor- y los electrodomésticos secuestrados, la policía ahora investiga la posible participación de los hermanos en otros hechos similares al sufrido por los Borrel, en los que los ladrones previamente puedan haberse ganado la confianza de sus potenciales víctimas.
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María Fernanda descubrió el robo de su vivienda.


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