Balance del Encuentro Nacional de Seguros

Fraude y prevención en la mira del mercado asegurador

En la jornada hecha en Rosario las compañías decidieron profesionalizar y modernizar el negocio

Victoria Arrabal

Las compañías de seguro se miran para adentro y empiezan a hacer balances. Luego de dar una dura pelea para conservar el valor de sus activos tras la devaluación hoy ponen el acento en ordenar el negocio. Por eso, a nivel corporativo vuelven a insistir en la eliminación del fraude como una bandera para dar el primer paso en este sentido.

Pero al mismo tiempo, también están transitando el camino de la modernización para equiparar su desempeño a los estándares internacionales, razón por la cual pusieron el ojo en la prevención -fundamentalmente en los siniestros vinculados con el tránsito- como un elemento clave a desarrollar que permita al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de la comunidad.

"Todos los integrantes del mercado asegurador muestran preocupación e invierten sumas de dinero con el propósito de disminuir los siniestros vinculados con el tránsito", indicó el Superintendente de Seguros de la Nación, Miguel Baelo.

Los temas fueron eje del debate del Encuentro Nacional de Seguros que se realizó en Rosario por novena vez consecutiva y que reunió a directivos, asesores y asociaciones de todo el país y el Mercosur.

Justamente el mismo sirvió como ocasión para la firma de un convenio entre la Asociación de Agentes de Seguros y la Municipalidad de Rosario para encarar un programa de prevención de accidentes y educación vial diseñado en el marco del plan de reducción de siniestros de la Superintendencia de Seguros de la Nación.

El encuentro fue organizado por la Asociación de Agentes de Seguro de Rosario -por caso la segunda plaza a nivel país- y participaron panelistas además de especialistas nacionales, panelista de Uruguay, un país donde el mercado del seguro está cubierto en un 60% por el Estado.


El fraude tan temido
El fraude -definido como la situación que se produce cuando el propio asegurado provoca intencionalmente un siniestro o exagera sus consecuencias con el fin de obtener un enriquecimiento indebido de parte de una aseguradora- es uno de los temas más urgentes en la agenda del sector asegurador.

De acuerdo a estudios que se realizaron a nivel mundial, entre 2 y 3 por ciento del primaje mundial de seguros (vida y patrimoniales) se destina anualmente al pago de siniestros que no deberían ser indemnizados.

Lo que más desvela a la industria aseguradora es el grado de sofisticación de estas prácticas que determina que pocos casos fraudulentos se puedan probar y finalmente las compañías deban afrontar el pago de los ilegítimos.

Los analistas calculan que el 40 por ciento de los montos indemnizatorios que se pagan anualmente por toda clase de seguros son en realidad injustificados, porque corresponden a siniestros inexistentes o a indemnizaciones dolosamente abultadas.

"En muchos casos la intención del infractor es más la de vengarse de la industria del seguro que la de cometer un delito para beneficiarse económicamente, por lo que existe un grave problema cultural y de comunicación", explicó el especialista Héctor Perucchi, ex asesor de la Superintendencia de Seguros.

El especialista, quien disertó en el Encuentro Nacional, señaló que en Europa, las asociaciones de asegurados y de defensa del consumidor advirtieron que la mayor siniestralidad la termina pagando el asegurado honesto: o bien porque la prima de la renovación es superior para soportarla o bien porque si no lo hace, el asegurador está destinado al fracaso por insuficiencia de primas y la masa de asegurados quedará sin protección.

"En este marco, el fraude se convierte en un problema para todos", dijo.

De acuerdo al artículo 48 de la ley de seguros argentina, "el asegurado pierde el derecho a ser indemnizado si exagera fraudulentamente los daños o emplea pruebas falsas para acreditar los daños". Pero para que esto ocurra, deben presentarse pruebas y eso es lo difícil.

Perucchi indicó que como el fraude es en seguros una actitud de personas físicas que lo cometen o toleran, el conocimiento que el productor tiene de sus clientes "es irremplazable" porque nadie los conoce mejor que él.

El especialista aclaró que para combatir esta situación, las compañías deben implementar tres medidas concretas: la primera se refiere a una más detallada suscripción, que evite el dejar pasar datos que puedan ser detectados en ese momento. En segundo lugar, una más eficiente tarea de liquidación, que ahonde en el estudio de indicios y como tercer paso, una decidida tarea conjunta de los mercados de seguros y reaseguros que difunda datos, intercambie información personalizada y evite la promesa implícita de no investigar fraudes como argumento adicional de venta.


Campaña preventiva
Por otra parte, durante el encuentro también se buscó ahondar en la prevención como herramienta clave de gestión.

El programa nacional que están encarando desde el sector en este sentido tiene como eje la educación y revindica la idea del voluntariado social. En ese sentido, la Federación de Asociaciones de Productores Asesores de Seguros de Argentina (Fapasa) colaborará a través de la participación de sus integrantes como voluntarios.

Se estima que este año se capacitarán a 1.500 asesores en sus comunidades de origen para que luego difundan el programa de reducción de siniestros en las escuelas.

"Las actividades previstas permitirán llegar en forma directa e indirecta a más de 100.000 personas durante este año, fundamentalmente niños y adolescentes y en este objetivo estamos todos: los productores asesores de seguros, las aseguradoras y el organismo de control", expresó el presidente de Fapasa, Roberto Cazón.

Por su parte, Baelo consideró que los productores asesores pueden ser el eje de una política orgánica para coordinar e implementar junto con otras instituciones las acciones de prevención, teniendo en cuenta que por su labor se mantienen en contacto permanente con gente de todo el país.

En tanto, la directora General de Tránsito de la Municipalidad de Rosario, Hebe Marcogliese, destacó la figura del productor al considerar que por su función social, resulta un óptimo componente para incentivar a sus clientes a desarrollar una tarea preventiva individual.

De la eficiencia de las compañías dependen los grados de siniestralidad.