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 sábado, 01 de octubre de 2005  
La periodista del NYTimes estuvo presa 85 días
Judith Miller reclamó cambiar la ley que la envió a prisión
Recuperó la libertad luego de dar el nombre de su fuente a la Justicia, en un caso que involucra al gobierno de Bush

Washington. - La periodista del The New York Times Judith Miller afirmó que espera que los tres meses que pasó en prisión por negarse a revelar sus fuentes lleven a crear nuevas leyes federales que defiendan a los periodistas. Un día después de recuperar su libertad, Miller no identificó públicamente a la fuente confidencial que había protegido por meses, tras presentarse a declarar durante tres horas ante un gran jurado que investiga la filtración del nombre de una agente encubierta de la CIA. Sin embargo, sí dio la identidad a la Justicia, luego de que la fuente la autorizara a hacerlo, según afirmó la propia Miller. Fue esto lo que permitió que recuperara la libertad tras 85 días en prisión. Su caso conmovió a Estados Unidos y provocó una ola de solidaridad internacional.

"Espero que mi tiempo en prisión ayudará a comprender nivel federal que los derechos públicos deben ser protegidos", declaró Miller al salir del tribunal ante una multitud de colegas. En Estados Unidos es delito federal revelar el nombre de un agente encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), dado que se considera que esto puede poner en peligro su vida, además de terminar con su carrera profesional.

El New York Times y otros diarios habían señalado que la posible fuente de Miller es el jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, Lewis Libby.

Miller prestó testimonio el jueves ante el fiscal especial Patrick Fitzgerald acerca de sus conversaciones en julio de 2003 con Libby. En un comunicado, dijo que su fuente le autorizó a revelar -exclusivamente en sede judicial- el nombre de su confidente. "Mi fuente me ha liberado voluntaria y personalmente de mi promesa de confidencialidad respecto a nuestras conversaciones", dijo Miller.


Los hombres de presidente
La Casa Blanca había negado que Libby y el poderoso asesor presidencial Karl Rove hubiesen participado en la divulgación de la identidad de Valerie Plame, cuyo esposo, el ex embajador Joseph Wilson, denunció en una nota en el New York Times que el gobierno de George W. Bush había alterado datos de inteligencia para justificar la invasión de Irak en marzo de 2003.

El nombre de Plame fue filtrado desde el gobierno a la prensa en una evidente represalia por el artículo de su esposo Wilson. En julio de ese año, un periodista conservador afín a la Casa Blanca, Robert Novak, dio a conocer el nombre de Plame como agente de la CIA, lo que automáticamente terminó con su carrera en el servicio secreto estadounidense. Novak, al parecer, identificó sus fuentes ante la Justicia y así evitó ser enviado a prisión.

"Estoy feliz de estar libre", comentó ayer Miller con una sonrisa de alivio a los periodistas reunidos afuera del tribunal donde fue interrogada por un gran jurado. Miller nunca publicó una nota acerca de la filtración del caso Plame-Wilson, pero el fiscal Fitzgerald igualmente consideró que había violado la ley de protección de agentes secretos.

Libby se reunió con Miller dos días después que Wilson publicara su artículo con críticas al gobierno por su manejo de datos de inteligencia en la página de opinión del New York Times.

Matthew Cooper, un periodista de la revista Time, declaró recientemente que Rove y Libby habían hablado con él acerca de la esposa de Wilson la misma semana de julio del 2003 en que Miller habló con Libby.

En octubre de 2003, cuando se intensificaron las investigaciones del fiscal especial Fitzgerald sobre la filtración del nombre de Plame, el vocero de la Casa Blanca Scott McClellan dijo que Rove y Libby le aseguraron que no estuvieron involucrados en el episodio.

Miller fue conducida el 6 de julio a un centro de detención en Alexandria, Virginia, luego de negarse a decir quién le había filtrado la información sobre Plame. Poco antes, Cooper evitó el mismo destino, alegando que su fuente le había dado autorización para identificarla ante el tribunal.

Ayer el New York Times divulgó un comunicado de apoyo a su periodista. "Tal como ha sido a lo largo de esta terrible experiencia, seguimos apoyando a Judy Miller en la decisión que ella ha tomado", afirmó el director general del diario Arthur Sulzberger Jr.
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Miller ante el tribunal, tras ser interrogada durante tres horas.

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