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 domingo, 18 de septiembre de 2005  
Salud en riesgo. Un informe del Enress y otro de un instituto privado registraron niveles excesivos del contaminante
El agua de pozo del sur provincial contiene elevadas dosis de nitrato
Hay cinco localidades que no logran revertir los índices. El consumo puede ocasionar problemas sanitarios

Lucas Ameriso / La Capital

El sur de Santa Fe presenta altos índices de nitrato en el agua potabilizada que se extrae por perforaciones subterráneas. Los valores de esta sustancia tóxica superan lo permitido por el Código Alimentario Argentino y, así, el agua resulta no apta para el consumo humano. Las cooperativas, comunas y municipios que proveen el servicio padecen la contaminación de sus pozos por la acción de los fertilizantes para cultivos y las filtraciones de los líquidos cloacales hacia las napas. Ante ello, el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) obligó a las localidades infractoras a distribuir agua en bidones, aunque desde el mismo ente se reconoce que para garantizar agua segura "hacen falta inversiones por fuera del propio sistema".

Los riesgos de ingerir agua contaminada tienen consecuencias concretas en la salud humana. Desde el Enress, los especialistas reconocieron que los lactantes que toman leche en mamadera corren el serio riesgo de padecer un cuadro de metahemoglobinemia, o síndrome del bebé azul. (ver recuadro).

Dos informes, uno privado y otro del propio Enress, coinciden en identificar un mismo problema: el agua potabilizada por boca de pozo arroja valores excesivos de nitrato.

Así lo registró un estudio del Instituto de Bioquímica Clínica (IBC) sobre 287 muestras, mientras que el Enress detectó a 20 cooperativas, comunas y municipios prestando el servicio con valores que superaban lo admitido por el Código Alimentario Argentino.

Si bien la situación es preocupante, también vale aclarar que tras las inspecciones del Enress, más de la mitad de las proveedoras lograron valores por debajo de lo tolerable. Igual, todas las infractoras se vieron obligadas a entregar agua segura en bidones a sus clientes, a razón de dos litros por habitante al día.

Además, cada localidad con este tipo de problemas esta obligada a incorporar en el reverso de las facturas una nota advirtiendo a sus clientes los riesgos que implica la ingesta del agua contaminada, o bien deberán hacerlo público a través de los medios. Ello no descarta que sean pasibles de sanciones que oscilan entre los 100 y los 5 mil pesos.

Por otro lado, las resoluciones del ente de control le imponen a cada una de ellas que en un plazo de 6 meses deban presentar un plan de acción que garantice la reducción de los valores, ubicándolos por debajo de lo establecido en la normativa.

Luego tendrán dos años de plazo máximo para incorporar tecnología y garantizar la provisión a sus clientes de un servicio seguro y libre de contaminantes.

Las mediciones hechas por el Enress durante 2005 confirmaron que en 20 ciudades del sur provincial, el agua potabilizada y entregada a la población a través de un sistema de red tenía una concentración de nitratos superior a lo permitido por el Código Alimentario Argentino y no sugerida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tales fueron los casos de Albarellos, Arroyo Seco, Berabevú, Carmen del Sauce, Cepeda, Coronel Arnold, Fighiera, J.B. Molina, La Vanguardia, Labordeboy, Las Rosas, Pavón, Sargento Cabral, Serodino, Totoras, Villa Constitución, Villa Mugueta, Wheelwright, Juncal y Uranga. En todas las localidades los valores excedían ampliamente el máximo de 45 miligramos por litro establecidos en el Código Alimentario Argentino.

Después de las observaciones del ente, una gran mayoría logró reducir los niveles, aunque persisten los problemas en Carmen del Sauce, Sargento Cabral, Serodino, Juncal y Uranga. Además, en Berabevú, La Vanguardia, Labordeboy, Las Rosas y Villa Constitución, no se realizó un segundo muestreo.

El resto logró reducir los niveles al instalar plantas de tratamiento a través de ósmosis inversa, entregar agua comercial (comprada a otras proveedoras), habilitar una planta de intercambio iónico o realizar nuevas perforaciones.

Los valores de la primera medición del Enress oscilaban entre los 55 y los 120 miligramos por litro.

Cabe aclarar que el Enress tiene plena competencia en el control de los servicios centralizados en todo el territorio de la provincia. Es decir, que además de las 15 localidades que están a cargo de Aguas Provinciales de Santa Fe, la inspección, seguimiento y poder de policía también se ejerce en las cooperativas, comunas y localidades que le proveen de agua potable a sus vecinos a través de perforaciones subterráneas.

Los altos niveles de nitrato tienen una doble causa. Así lo explicó el especialista en análisis e inspecciones del Enress, Gabriel Rizzo: "La materia orgánica en descomposición que se arroja a los pozos negros como residuo cloacal, se transforma en nitrato y alcanza aguas profundas al pasar por la capa freática y descender por filtraciones hasta la toma de agua subterránea".

El otro factor es la utilización de fertilizantes para cultivos que contienen dosis de nitrógeno y pueden afectar a las napas. El mismo especialista del Enress aseguró que el riesgo mayor "está en los lactantes, bebés que toman con biberón la leche. Incluso resulta peor si las mamaderas se hierven porque se concentra más el nitrato", destacó.


También un estudio privado
La misma radiografía del agua contaminada fue hecha por el IBC en aguas profundas, superficiales, crudas y potables, desde julio de 1998 hasta abril de 2005, donde se analizaron riesgos de afecciones humanas o animales.

El IBC estudió 287 muestras de agua de distinto origen, tratamiento y procedencia. De ellas, 152 eran de pozo, de las cuales 92 eran crudas y 60 potabilizadas. Otras 135 fueron tomas en el río, de las cuales 24 eran crudas y 111 potabilizadas.

Estos registros provenían de Rosario y zonas rurales aledañas, ciudades y pueblos del centro y sur de Santa Fe, centro-este de Córdoba y norte de la provincia de Buenos Aires.

De las 287 muestras analizadas, 45 (es decir el 16%) tuvieron un valor de nitrato mayor a lo permitido, pero ninguna de las 135 tomas hechas en el río donde Aguas Provinciales hace su extracción para entregarla a la red domiciliaria arrojó valores superiores a lo permitido.

Lo alarmante es que de las muestras en aguas de pozo crudas el promedio fue de 154,7 miligramos por litro y en las de pozo potabilizadas el valor llegó a 95,2 miligramos por litro. Es decir, muy por encima de lo admitido por el Código Alimentario Argentino y no recomendado por la OMS.

El informe del IBC se maneja con los mismos parámetros del Enress para medir valores de nitrato.

Además, el Código Alimentario Argentino establece como máximo un valor de nitrato en agua destinada a consumo humano de 45 miligramos por litro.

Los datos -según subraya el propio instituto - ponen en cuestión la presencia de este químico utilizado en los fertilizantes para cultivos. La sustancia, que se usa para abonar el suelo cultivado, arroja un remanente que pasa al agua subterránea hasta el momento que es bombeada nuevamente a la superficie. Lo que hace verdaderamente tóxico al proceso es la transformación del nitrito en nitrato, una vez que entra en contacto con el organismo.

Y formado a partir del nitrato del agua, la sustancia contaminante puede reaccionar con otras partículas orgánicas para dar compuestos de N-nitroso, "estos últimos se encuentran entre los tóxicos, pudiendo inducir cáncer en distintos órganos como estómago, cólon, vejiga, ovario y próstata, entre otros", afirma el IBC.

El informe hace referencia a numerosos reportes que relacionan el consumo de agua con altos niveles de nitrato con enfermedades como hipertiroidismo y malformaciones fetales, además de cuadros de cianosis en lactantes.

"El problema de la contaminación con nitrato debe ser atacado preventivamente desde su origen, tratando de eliminar o disminuir sus factores causales, ya que las tecnologías aplicables para su eliminación son de alto costo y de bajo rendimiento. Debido a esto, la mayoría de las plantas potabilizadoras que toman el agua subterránea apelan a mezclar las tomas de los pozos con resultados no satisfactorios", consideró la bioquímica del IBC a cargo del relevamiento, Paola Beledo.
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En Serodino, el agua de la canilla no es buena para tomar.

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