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domingo,
28 de
agosto de
2005 |
El control a ciclistas debutó ayer en el parque Alem
Los inspectores revisaron unas 30 bicis por hora y la mayoría no estaba en regla. Muy pocos usaban casco
"Tengo el casco, pero lo dejé en casa" o "compré los ojos de gato pero no tuve tiempo de ponerlos". Excusas como estas se escucharon varias veces ayer por la tarde, en medio de los operativos de control de ciclistas que la Dirección de Tránsito del municipio lanzó en el parque Alem. Pero esta vez los inspectores no salieron a cazar infractores, sino a desarrollar una campaña de educación vial y, en lugar de multas, los ciclistas se llevaron folletos explicativos sobre el equipamiento que deben tener sus vehículos y cómo se debe circular en ellos.
Los controles se repetirán todos los fines de semana durante el mes de septiembre en distintos sectores de la ciudad. Y, a decir de los inspectores, fueron recibidos con buena onda. "Lo único que nos piden los ciclistas es que enseñemos también a los automovilistas a respetarlos a ellos. No más que eso", advirtió el instructor Jorge Sanchidrian.
De acuerdo a la ordenanza que regula la circulación de bicicletas por la ciudad, el ciclista es un conductor más, y por esto debe respetar las normas referidas al tránsito y a las condiciones de seguridad del vehículo.
Así, se debe transitar por las bicisendas o por la derecha, parar ante los semáforos, respetar el sentido de circulación de las calles y no transportar otras personas a excepción que sean menores de seis años y se cuente con asientos apropiados y seguros. Y las bicis tienen que estar provistas de ojos de gato, destelladores, timbre o corneta, espejo retrovisor izquierdo y frenos, cadena, cubierta y pedales en buenas condiciones. Además, el ciclista debe llevar obligatoriamente casco.
Sin embargo, la mayoría de quienes circularon ayer por el Paseo Ribereño, a la altura de Nansen, no cumplía con estos requisitos. Por esto, grupos de inspectores apostados a ambas manos de la avenida detuvieron a unos 30 ciclistas por hora, les advirtieron sobre el estado de sus vehículos y les entregaron folletos educativos.
"No está mal que nos controlen. ¿Pero también me tengo que poner casco?", preguntaba un joven que iba a pescar con unos amigos. De todas formas, no era el único retoque que demandaba su bici, también le faltaban ojos de gato, bocina, destelladores, frenos, y hasta el manubrio.
Se calcula que por la ciudad transitan unas 340 mil bicicletas. Y, de acuerdo a una encuesta hecha recientemente por la Municipalidad, más del 80 por ciento de los ciclistas no circula por la derecha ni usa ojos de gato, y casi la mitad no respeta los semáforos. Consecuentemente, estos conductores ocupan el segundo lugar, después de los motociclistas, en los accidentes de tránsito.
En el último semestre, el 22 por ciento de los ingresados a la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) fueron ciclistas, un porcentaje que supera a peatones y automovilistas, y demuestra la vulnerabilidad a que están expuestos quienes transitan pedaleando en dos ruedas.
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Las infracciones llegan al límite de desestimar el uso de un manubrio adecuado.
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