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 domingo, 03 de julio de 2005  
Empalme Graneros
Un arma en la pista del ataque a un carnicero
La policía secuestró un revólver calibre 32. Dicen que lo usaron para disparar contra Armando Morao

En una pickup estacionada en una casa de Perú al 300 bis fue encontrado ayer el revólver con el que habrían disparado sobre el carnicero Armando Gringo Morao el jueves por la mañana. El comerciante, quien anoche permanecía internado en estado reservado, fue herido al frustrar el asalto a su carnicería y almacén de Carrasco y Garzón. Según los testimonios de sus vecinos, dos hombres jóvenes intentaron robarle y, al resistirse, el Gringo recibió un disparo a quemarropa en el abdomen. En el procedimiento, la Brigada de Investigaciones demoró al dueño de la vivienda hasta que se clarifique su grado de participación en el hecho de robo calificado y tentativa de homicidio.

Poco después del mediodía de ayer, hombres de la Brigada de Investigaciones llegaron hasta Perú entre Gorriti y Vélez Sarsfield siguiendo la posible ruta del arma utilizada para balear al carnicero en Empalme Graneros. Con una orden de allanamiento firmada por la jueza Carina Lurati, los pesquisas encontraron en el garaje de la casa una pickup roja. En su interior había un revólver calibre 32 largo de seis alveolos conteniendo cinco proyectiles y una vaina servida que estaba en el interior del vehículo.

"Ahora hay que realizar las pericias para determinar si es el arma con la que hirieron a Morao", explicó una fuente. El Gringo, como lo conocen sus vecinos, tiene su negocio desde hace 17 años en Empalme Graneros. La mañana del jueves frustró el robo de su local pero pagó por ello un precio muy alto: recibió un disparo a quemarropa en el abdomen.

Los vecinos y la policía coincidían ayer en que "dos jóvenes de entre 20 y 25 años" fueron los que intentaron robarle a Morao. Entraron de a uno por vez al almacén y carnicería. "Preparame un kilo de chorizos", le dijeron y uno de los ladrones sacó un revolver. "El que estaba con el Gringo se metió la mano atrás y sacó el arma. «No me vas a hacer nada», le dijo el carnicero", explicó aquel día a La Capital una vecina del lugar. "«Dame la guita, reducime algo y damelo», fue la orden del asaltante. Parece que cuando Morao le iba a dar la plata, ambos hombres forcejearon y el ladrón disparó", explicó la mujer. El tiro le impactó al comerciante en el abdomen.

Por la calentura o por el reflejo el Gringo salió a correrlos pero a los 40 metros cayó de rodillas. "Corranlos que se van para la villa", le alcanzó a gritar a sus vecinos antes de ser derivado al Heca.
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