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 domingo, 03 de julio de 2005  
Panorama político
Los eternos días de rosca interna

Mauricio Maronna / La Capital

La política vive un fin de semana a pura rosca, con la adrenalina recorriendo el organismo de cada uno de los operadores como si se tratara de un virus descarriado. Pero, lo que es peor, demostrando que, más allá de los maquillajes, la realidad sigue presentando el patético rostro de lo conocido y adjetivado hasta el cansancio: cinco, diez, cien, mil dirigentes creyendo que lo único importante pasa por un nombre más o un nombre menos dispuesto a integrar un Congreso nacional tan mediocre como anquilosado.

La tarea de ofrecerle al lector información pura, activando el antivirus que impida la filtración de operaciones de prensa (que son mucho más numerosas que los tantos de Manu Ginóbili), resulta una tarea engorrosa por estas horas, en las que todos parecen tener como consigna: "La vida por una banca".

Durante cada día de la semana que se fue las páginas políticas de este diario dieron cuenta de los nombres en danza, la rabieta presidencial por el fracaso del plan que diseñó de cara al 23 de octubre (con Horacio Rosatti, María Eugenia Bielsa y Omar Perotti a la cabeza) y de la sensación de vacío frente a la "inédita situación" (Carlos Reutemann dixit) de no tener nombres a horas del cierre de lista.

La postergación hasta mañana del plazo operó como un bálsamo para los agitados corazones peronistas, que, sin embargo, viven por estas horas la incertidumbre de no saber quién (o quiénes) definen la lista que deberá competir con Hermes Binner, el hombre que sabe que el 23 de octubre se juega la final del campeonato del mundo.

La fumata blanca del lunes dejará en claro si es verdad que Néstor Kirchner y Reutemann han constituido una "férrea alianza política", como sus operadores (más que los dos protagonistas) han dejado filtrar a la prensa infinidad de veces.

"Lole, ¿cómo hiciste para disciplinar a estos tipos durante 8 años? Son impresentables", le dijo, el miércoles, el santacruceño, según contó un partícipe de la reunión.

No se trataba de un día cualquiera para el volcánico hombre que llegó del hielo: se enteró de que Eduardo Duhalde se pintaba para la guerra en la provincia de Buenos Aires. Habría que tomar con cuidado las definiciones cargadas de dramatismo. Al fin, después de las tormentas más inclementes también sobreviene la calma.

En la Casa Rosada miraron hacia Rafaela, donde el intendente Perotti goza de las mieles de la devaluación y de la reactivación de la producción en la remozada Perla Santafesina. ¿Trocará el barbado rafaelino su lugar privilegiado por un difuso destino en la Cámara baja? No parece.

Primera conclusión en forma de interrogante: ¿cómo es que siendo Kirchner el gran elector peronista (y el amo y señor del poder político nacional), Bielsa, Rosatti y, acaso, Perotti, se atreven a decirle "no"?

Como ejemplo comparativo debe tomarse el caso de Rafael Bielsa, junto con Roberto Lavagna el mejor ministro de que dispone esta administración. El rosarino aceptó el pedido presidencial y ahora debe mutar de interlocutores: de compartir desayunos y almuerzos con Condoleezza Rice y Silvio Berlusconi tendrá que trajinar los barrios porteños pidiendo el voto para una banca.

Las mediciones ilusorias que están haciendo desde el gobierno respecto a los dirigentes santafesinos son como el pavo de plástico que George W. Bush les ofreció a los soldados norteamericanos que combatían contra las fuerzas iraquíes: Reutemann es, por abrumadora mayoría, el único dirigente que le ganaría las elecciones a la alianza socialista-radical. Para que el justicialismo se imponga con cualquier otro nombre necesitará de Kirchner y del propio Reutemann trajinando los rincones de la bota.

El Lole soltó un único nombre en su conversación con Kirchner y Fernández: Carlos Bermúdez. El rosarino defensor del Pueblo es un hombre moderado, leal al senador y con perspectivas de crecer en la ciudad si es que verdaderamente el Frente para la Victoria se decide a jugar en serio.

"¿(Alberto) Hammerly? No, yo le pregunté (el miércoles) si era cierto que quería ser candidato y me dijo que de ninguna manera. Que le habían inventado las declaraciones", confió el Lole. Sin embargo, el jueves, el actual ministro de Obras Públicas dejó en claro que tenía lavado y planchado el traje de candidato.

¿Es verdad que, tras esto, Reutemann se enojó con su ex delfín y le dijo que de postularse haría público su rechazo a esa opción? Queda claro que algunos operadores de la Casa Rosada suben a la marquesina el nombre de Hammerly para "motivar" a Reutemann.

"Si es verdad que el PJ está viviendo una crisis en Santa Fe, ¿quién mejor que él para revertirla? Todos saben que no sirve que ponga un hombre que ya perdió en otras batallas", le dijo a este diario un funcionario nacional sobre lo que se está comentando en los pasillos rosados.

La operación "Reutemann candidato" es acicateada desde hace algunas semanas por la Casa Rosada, donde muchos sueñan que el lunes, sobre el filo de la navaja, el senador salga a la cancha para salvar una vez más al peronismo. "Los cerebros mágicos pueden pensar cualquier cosa, pero yo no voy a estar haciendo campaña cada dos años. A esta lista la van a definir en el gobierno nacional", despeja el santafesino. Diría Angel Baltuzzi, hay demasiadas manos metidas en el plato.

Las listas que se filtran a la prensa convocan al asombro y demuestran algo que, de tanto que se ha repetido en esta columna, puede terminar hartando: si los líderes peronistas no se deciden a renovar caras y a convocar a independientes, la gente, más temprano que tarde, se cansará de los viejos profetas de lo eterno.

Pero es injusto cargar solamente las tintas en el PJ. ¿Qué se ha hecho desde la Justicia respecto a las denuncias sobre sobornos para integrar la lista socialista-radical?

¿Cómo se compadece la prédica de Elisa Carrió sobre "el nuevo contrato moral" y las "otras formas de hacer política" con la candidatura a diputada nacional de Alicia Gutiérrez, a quien le quedan dos años como legisladora provincial, cargo que obtuvo en el 2003 tras haber ocupado una banca en el Parlamento?

¿Qué pasa con el papelón de la centroderecha tras la boutade de Mauricio Macri y Marcelo Muniagurria?

¿Quién se hace cargo del estrepitoso primer fracaso de las pomposas elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias, que debieron ser modificadas para que casi 500 mil santafesinos se ahorren la tarea de ir a votar por una lista única?

Dicen que la madre de todas las batallas en la provincia de Buenos Aires condicionará el futuro rol plebiscitario del presidente Kirchner. Más allá de la ira kirchnerista y de la candidatura de la señora Hilda González de Duhalde, tal vez todo se trate de otro juego de guerra, tan propio de la política vernácula.

Si Chiche y Cristina Fernández compiten en listas separadas, el peronismo lograría las tres bancas que se ponen en juego en el territorio bonaerense. "¡Esto es hegemonía!", dirán, como mínimo, los radicales, socialistas, lopezmurphystas (y siguen los istas ).

Fuera de las diatribas, ¿qué caminos alternativos ofrece la oposición en un territorio signado por el clientelismo desvariado?

La campaña electoral ha comenzado a dejar estampada su marca en el orillo. Desde aquí hasta octubre la única lógica que primará en los gobernantes (de cualquier signo político) será el corte de cintas, la verba inflamada, los insultos, las chicanas y los triples discursos.

Un microclima que solamente altera el pulso de los involucrados y de los operadores políticos camuflados en periodistas que, como cada vez que se debate sobre la nada y el vacío, restregan sus manos pensando en las pautas publicitarias que cambiarán su estilo. El estilo de vida, obvio.

De no ser por el fraude en que derivó, bien podría reponerse aquella pregunta que se formulaban los marketineros de la Alianza, promocionando a Fernando de la Rúa, Carlos Alvarez y Fernández Meijide, entre tantísimas otras esperanzas blancas frustradas: "¿Alguien está pensando en la gente?".
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