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 domingo, 03 de julio de 2005  
El caso de los periodistas que se niegan a revelar sus fuentes a la Justicia
EEUU sacrifica la libertad de prensa en nombre de la seguridad
Es inminente el encarcelamiento de ambos informadores

Nueva York.- Mientras que hace la guerra en nombre de la democracia, el gobierno de Estados Unidos recibe acusaciones de recortar la libertad de prensa en su país, porque dos periodistas enfrentan la cárcel inminente, a pesar de los principios que están consagrados en la Constitución.

Pero a la vez que los medios luchan para recuperar la confianza del público luego de diversos escándalos mediáticos, los periodistas sufren la presión de no permitir que el cumplimiento de sus principios dejen de lado la seguridad nacional, en momentos en que Estados Unidos combate la "guerra al terrorismo".

La revista Time informó esta semana que entregará a un jurado la computadora portátil de un periodista, a pesar del deseo del propio reportero de ser encarcelado para mantener su promesa de proteger a sus fuentes.

Matthew Cooper, de Time, y Judith Miller, del The New York Times, mantuvieron el desacato a un tribunal al negarse a identificar a las fuentes que citaron sobre el agente de la CIA Valerie Plame, cuyo nombre fue revelado por un columnista conservador en 2003. Este último no fue imputado por la Justicia federal, pero sí lo fueron Miller y Cooper, quienes simplemente escribieron notas de "seguimiento" del caso. Incluso, en el caso de Miller, la nota ni siquiera llegó a ser publicada, como hacía notar un indignado comunicado que dio a conocer el diario neoyorquino esta semana, cuando la Corte Suprema rechazó intervenir en el caso, lo que dejó a ambos profesionales a un paso de la cárcel.

La iniciativa de Time fue condenada por la Federación Internacional de Periodistas, que tiene 500.000 miembros en más de 100 países, que la calificó como una "profunda traición" a los principios éticos del periodismo.

"Se les declaró la guerra a los periodistas y, por extensión, a la información que el gobierno no quiere que la gente conozca", expresó en su editorial el diario The Seattle Times.


El efecto del 11-S
Lucy Dalglish, líder del Comité de Periodistas para la Libertad de Prensa, manifestó que el Poder Judicial se volvió más agresivo para solicitar información a los reporteros desde los ataques del 11 de septiembre de 2001.

"Estamos viendo más citaciones de los tribunales federales en los meses recientes de las que tuvimos en los últimos 35 años. Estamos viendo más y más secretos guardados por el gobierno federal desde el 11 de septiembre", alertó Dalglish.

Esto último significa que los periodistas dependen cada vez más de sus fuentes confidenciales, aunque su uso contribuyó algunas veces a la pérdida de la confianza del público, debido a escándalos por informes periodísticos de mala calidad o incluso plagios, como el caso del periodista Jayson Blair del New York Times. Muchos especialistas consideran que las visiones de la mayoría del público estadounidense y la de los medios se están desarrollando de forma separada.

"Para la mayoría de la gente es muy difícil ver por qué el derecho de un periodista a proteger a sus fuentes atentaría contra la seguridad nacional", expresó Rodney Smolla, decano de la Universidad de Leyes de Richmond.

El Comité de Protección de Periodistas (CPJ por su sigla en inglés) dijo que los casos de los reporteros de Time y The New York Times sientan un mal precedente para los medios de los países con gobiernos represivos. (Reuters)
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