|
domingo,
03 de
julio de
2005 |
Granos: la falsa opción
de vender o no vender
Frente a la volatilidad de las últimas semanas, cómo asegurar precios en un "mercado climático"
Dante Romano (*)
Muchas veces los productores agropecuarios consultan, cuando se presentan escenarios de alta volatilidad, para decidir si tienen que vender o no a los precios actuales, cuando en realidad la pregunta correcta sería: ¿Cómo vender?.
El temor de los productores pasa porque si realizan la venta, y los precios luego siguen subiendo, dejarán de percibir una ganancia por haberse anticipado en el momento de la venta.
En primer lugar hay que mencionar que es imposible asegurar si los precios actuales son los máximos o no, ya que "el mercado es soberano".
Para ilustrar esta afirmación se puede ver lo que ocurrió con los precios de la soja durante las últimas semanas.
En mayo y durante la primera parte de junio se produjo una suba muy importante en los valores del poroto de soja, que llevó a la oleaginosa a niveles de precio cercanos a los máximos del año 2003.
Faltando transcurrir todavía los meses críticos del desarrollo de los cultivos en Estados Unidos, la soja cotizaba en niveles que sólo se justificarían si la cosecha norteamericana fracasara.
El mercado estaba cargado de expectativas de mal clima para el país del norte, pero esta semana los pronósticos cambiaron, y se aguardan lluvias por encima de lo normal, con lo que se produjo una violenta corrección de precios.
Las ventas flexibles
Pero más allá de todo esto, lo importante para destacar es que si se miran los precios desapasionadamente, a nadie se le puede escapar que aún luego de la corrección bajista, el mercado está en niveles rentables y, comparados con los de años anteriores, los precios resultan atractivos.
Por eso la pregunta de vender o no, es retórica. A estos niveles de precio hay que vender. La pregunta es: ¿Cómo hacerlo?.
Se puede vender a la vieja usanza, o se puede realizar una "venta flexible". La misma consiste, además de vender a precio, en comprar una opción call, invirtiendo en ello una parte del buen precio que se logró en el mercado.
El comprador de call obtiene el derecho a comprar a un precio determinado (el precio de ejercicio), por lo que si luego de instrumentar esta estrategia los precios suben, se podrá ejercer la opción, obtener una compra a un precio inferior al de mercado, y por lo tanto obtener una ganancia que permitirá compensar lo que se dejó de ganar por haber vendido
En el caso de que el mercado baje, ya se habrá vendido a un precio rentable, no se ejercerá la opción, y sólo se tendrá el costo de la prima pagada por la opción.
Otra alternativa es comprar una opción de venta (put) donde lo que se asegura es un precio mínimo, pagando un costo.
Si el precio del mercado es superior al de la opción se aprovecha el mismo. Si en cambio el mercado baja y el precio de ejercicio de la opción es superior al de mercado, se ejerce y se queda vendido a ese valor.
Hay que destacar que ambas alternativas generan sacrificios:
u En el primer caso, donde se vende y se compra call, el precio obtenido es algo más bajo que el de mercado por el costo de la prima, y el recupero si los precios suben opera a partir de cierto nivel.
u En el caso de la compra de put, el precio asegurado siempre es inferior al de mercado actual.
Pero evidentemente, lo que se sacrifica de precio se gana en tranquilidad, accediendo a una venta flexible, que no nos dejará afuera si el mercado sigue subiendo, pero, nos dará un piso si se produce una baja.
(*) Director del Centro
de Gestión Agropecuaria
enviar nota por e-mail
|
|
|