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domingo,
26 de
junio de
2005 |
Así no copa
Newell's quiso el punto y al final lo perdió
Cayó 1 a 0 en La Plata ante Gimnasia y Esgrima
Gustavo Conti / Ovación
Tiro Federal escribió la historia grande del fin de semana rosarino. Rosario Central tal vez pueda agregarle hoy su buen capítulo. A Newell's no le quedó ni una línea. Parecía que el 0 a 0 por el que tanto había trabajado le permitiría también dibujar su sonrisa, la que le faltaba a esta temporada inolvidable, pero deberá esperar. Al fin, nunca copa un equipo tan poco ambicioso, más allá de circunstancias y motivos.
¡Ojo! En esto nada tiene que ver la predisposición de los jugadores, que se arremangaron para cumplir con lo planeado, que regaron con sudor la cancha en busca del empate que les permitiera ofrendarle a Ribeca el ingreso a la Sudamericana. Pero... Cuando la estrategia sólo contempla resolver las cuestiones en un solo arco, el propio, a veces al rival le alcanza con las ganas de ganar, con el último ollazo, como le pasó a Gimnasia, al que sólo el deseo le asomó como principal atributo.
Hace rato que se llegó a la conclusión de que a este Newell's no había que tratarlo de igual manera al del Apertura. Entonces, Gimnasia no le ganó al campeón, sino al equipo de Ribeca, ayer con muchas ganas pero con otra realidad, sin varios titulares, sin ponerse colorado para ir sólo por el empate.
Este Newell's estuvo muy lejos en La Plata de aquel que se plantaba con toda la autoridad que le era posible. O mejor dicho, tal vez sí lo haya hecho, pero con un fin que aja cualquier honorable disposición. Había que sacar el puntito y sólo se preocupó por eso. Después, si se hacía un gol mejor.
Así, Pomelo puso cuatro defensores, todos marcadores centrales que nunca se movieron de su sector, excepto cuando Maidana empujaba, resignando la sorpresa. Delante de ella, otra línea de cuatro. ¿Dos enganches como sugería Arsenio? Ni hablar. Dos volantes tapones, Rosada y Lucero, y dos volantes laterales con más apego a la marca que a la proyección, como Belluschi y Penta.
Pese a sus buenas intenciones, Belluschi pocas veces ofició de nexo con los solitarios Scocco y Borghello, que generalmente terminaban mal las pocas limpias que le llegaron.
Y a decir verdad, hasta el minuto 89 Newell's se llevaba más que bien lo que fue a buscar, porque Enría y Vargas no pesaron como se ideó, porque el mejor hombre local era un Lobos solitario, y porque los centros que llovían al área sin ton ni son eran bien resueltos por Maidana y compañía. Salvo por algún error (del lado de Aguirre, fundamentalmente), o una acción fortuita, Gimnasia no hacía cosquillas.
Así lo entendió el DT leproso, cuando decidió aislar más a sus delanteros (por entonces Esnaider y Cereseto), ingresando a César González por Belluschi. Troglio lo entendió rápido y adelantó a Licht. Y en el último instante, el de Gimnasia se dio tiempo para una media vuelta sobre el de Newell's tras un nuevo centro a la olla, y la historia se escribió distinta a como la soñó Ribeca.
Gimnasia festejó su permanencia en primera por el mérito de su búsqueda. Newell's se fue más dolorido que nunca porque deseó mucho menos y ni siquiera consiguió ese poquito. Seguramente igual beberá el trago de la Copa Sudamericana. Lástima que así lo hará sin sentirle el sabor.
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