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 sábado, 25 de junio de 2005  
Hacia una alianza estratégica entre la escuela y la economía

"El sector de la producción y el sector educativo tienen lógicas, tiempos y finalidades diferentes. El primer esfuerzo a realizar en ambos sectores es salir de un planteo lineal de demanda-oferta (el sector empresario plantea requerimientos de mano de obra calificada y el sector educativo da respuesta a esos requerimientos)", dice María Rosa Almandoz antes de entrar a explicar las razones de tan compleja relación entre escuela y mercado laboral.

Y entre estos argumento señala que "el sector empresario está integrado por empresas de diferente tipo (grandes, medianas y pequeñas); con distintos niveles de innovación (desde empresas con base tecnológica hasta empresas con procesos de producción de carácter artesanal); y producción de bienes y servicios que van desde aquellos con alto valor agregado hasta materias primas. Esta diversidad obligaría a una mirada local, específica y de corto plazo, reñida con el mandato político y social que tiene el sistema educativo: formar personas, ciudadanos y también trabajadores, no en el sentido limitado de mano de obra para un puesto u ocupación determinados".

También que "la economía actual muestra que junto a la economía formal hay una presencia importante del sector informal o de economía social (hacia ese sector, tristemente se orienta la creación de numerosos puestos de trabajo para jóvenes y adultos de sectores populares). Entonces, más que una relación demanda-oferta, tenemos que pensar en una alianza estratégica de los dos sectores orientada a dos objetivos comunes: desarrollo social (mayor justicia en la distribución del ingreso) y crecimiento económico (productividad y competitividad)".

Claro que para ambas finalidades, Almandoz sostiene que "los dos sectores necesitan desarrollar e incorporar conocimientos científico y tecnológico (la educación técnico profesional asume principalmente ese papel dentro del sistema educativo)".

"En algunos casos -continúa- las empresas estarán en lugares de avanzada con respecto a las instituciones técnicas, en otros la relación es inversa, principalmente en caso de Pymes o microempresas, tanto del sector industrial como agropecuario".

También en este terreno entra, a la hora de reflexionar, un tema de significativa relevancia: el financiamiento.

Según indica la directora del Inet, en la actualidad varias empresas colaboran directamente con escuelas técnicas cercanas (asistencia técnica, pasantías, equipamiento) o a través de sus fundaciones. Pero, "en sentido estricto, no colaboran con su financiamiento, si se lo define como aporte estable y continuado del conjunto de la inversión. A diferencia de otros países latinoamericanos (como Brasil ó Chile), en la Argentina la educación técnica es mayoritariamente financiada por fondos estatales, aproximadamente poco más del 80% de las escuelas técnicas industriales y agropecuarias son de gestión pública y el resto de gestión privada subsidiada por el Estado. Son pocos los casos de escuelas financiadas por empresas ( por ejemplo Ford, Chrysler, Mercedes Benz)".
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La directora del Inet, María Rosa Almandoz.

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