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sábado,
21 de
mayo de
2005 |
Empate que resta
Newell's fue una sombra en Lanús e igualó
Alejandro Cachari / Ovación
Buenos Aires (enviado especial)._ La respuesta, un resultado decoroso. La excusa, la cercanía de la Copa Sudamericana y el no haberle permitido a un rival directo descontar puntos. El rendimiento en la cancha, demasiado flojo para un campeón. Preocupante si se quiere para un equipo que intenta solventar con el presente un futuro de grandes compromisos. Newell's empató 0 a 0 con Lanús porque el conjunto de Gorosito nunca encontró el arco de Villar. Y porque se metió atrás, esperó, especuló y sacó el empate que había venido a buscar al sur del Gran Buenos Aires. Una aspiración bastante pequeña para un equipo que necesita reencontrarse con los atributos que lo llevaron a dar la vuelta olímpica. La prueba de la apatía de los rojinegros la dio Damián Manso, que con sólo 18 minutos en la cancha y un montón de meses sin jugar le otorgó la única cuota de fútbol que ofreció el equipo de Ribeca en todo el partido. El Piojo hizo expulsar a Graieb, y eso fue mucho más de lo que hicieron la mayoría de sus compañeros.
Cualquiera puede tener un mal día, una mala tarde o una mala noche. Los problemas empiezan cuando no se puede encontrar un patrón de juego, un estilo, una estrategia. Identificación futbolística que le llaman.
En el primer tiempo Newell's intentó intercambiar golpe por golpe pero terminó acurrucándose contra un llamativamente inseguro Villar. Lo tuvo Borghello sobre el final, pero pensó más de lo debido y Chiquito Bossio le achicó el arco. Fue el único amago rojinegro de la primera mitad. Antes había pasado un remate de Penta desde afuera del área y una llegada de Belluschi. Nada más. Del otro lado, ataque incesante, falta de claridad, carencia de gol y nerviosismo.
Lanús necesitaba imprescindiblemente los tres puntos para pelear por la Copa Sudamericana. Y el campeón se conformaba sólo con el punto. Lo demostró desprejuiciadamente en el complemento.
Resignó por completo el ataque, priorizó la doble línea de cuatro que armó de mitad de cancha hacia atrás y se refugió en el despliegue incansable de Rosada y Zapata. Sería un grave error dejarse llevar por los últimos minutos del partido en los que aparecieron algunos espacios generados por la desesperación granate.
Preocupa el conformismo. El temor a que los resultados sean peores: la falta de autoestima y fortaleza anímica de un equipo que hace escasos meses demostró ser el mejor de todos.
Newell's no tiene apuro, no tiene presiones, no siente necesidades, cuenta con un colchón forjado en el Apertura, y sin embargo por momentos da la sensación de ser un equipo chico al que sólo le importa que la tendencia no empeore.
Un punto que resta, que sirve para muy poco. Apenas para ratificar lo que ya parece consumado: el acceso a la Copa Sudamericana. Pero a decir verdad, con este rendimiento y algunas actitudes es muy difícil que alguien pueda ilusionarse con un Newell's protagonista.
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Fotos
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Spolli y Graf se elevan en el área rojinegra en pos de pelota.
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