Ecologista argentino que es juzgado en España formuló un alegato por la paz

Daniel Rizzotti, capitán de la nave insignia de Greenpeace, bloqueó en 2003 a un buque de guerra de EEUU

El argentino Daniel Rizzotti, capitán del barco insignia de Greenpeace, que comenzó ayer a ser juzgado en España junto a otros cuatro activistas por la obstrucción de un puerto en ese país, dijo en su alegato que fue una acción contra la guerra y que lo volvería a hacer.

Los ambientalistas de Greenpeace llevaron a cabo con la nave Rainbow Warrior una protesta contra la guerra de Irak frente a la base militar de Rota, en Cádiz y evitaron la salida de un buque de guerra de Estados Unidos hacia el golfo Pérsico, el 14 de marzo de 2003.

Sobre Rizzotti pesaba un pedido de la fiscalía de cuatro años de prisión, por delitos de desobediencia, resistencia grave y lesiones, pero luego de escuchar su alegato la fiscalía rebajó el pedido a tres años de cárcel.

El cambio se debió a que la fiscalía consideró que no hubo "participación necesaria" en las lesiones que sufrieron dos guardias civiles durante la operación de abordaje del Rainbow Warrior, pero mantiene que los cinco activistas cometieron otros dos delitos: resistencia y desobediencia a la autoridad.

Ahora, las penas solicitadas para el capitán argentino, el español Carlos Bravo, el neozelandés Phillip Walter Lloyd, el estadounidense Lawrence Martin Turk y la española María Teresa Ambrós, oscilan entre tres años y nueve meses de prisión.

El juicio comenzó con dos horas de retraso, sobre las 12.30 hora española (7 de Argentina) y con el pedido de la defensa de anular el auto de acusación por una cuestión formal, que fue desestimada por el juez.

El primero en declarar fue Rizzotti, que dijo ser "inocente" y aseguró que la acción de protesta que llevaron a cabo los activistas de Greenpeace fue "abierta, pública y pacífica".


Sin resistencia
Los activistas explicaron que colocaron el Rainbow Warrior a la entrada de la base de Rota, pero sin bloquearla y que cuando fueron abordados por la Guardia Civil no opusieron resistencia.

En cuanto a la primera cuestión, la fiscalía preguntó a Rizzotti si tenía conocimiento de que su nave estaba dentro de la "zona de seguridad de la base de Rota", a lo que el capitán argentino respondió que "esa zona no estaba demarcada". Luego explicó que "el objetivo de la acción era manifestarse frente a la base militar estadounidense de Rota, no bloquear el puerto", aunque dijo no poder evaluar si hubo naves que no entraron o no salieron de allí por temor a su presencia.

El marino sostuvo que no acató de inmediato la orden del juez de abortar la acción porque "en primer lugar estaba ejerciendo su derecho a la libre expresión y en segundo lugar estaba esperando que los abogados de Greenpeace en Holanda le indicaran cómo tenía que actuar".

Sobre el cargo de "lesiones", sostuvo que "la Guardia Civil abordó el barco en forma desordenada y lo que provocó las lesiones a los agentes fue la caída de una puerta, que fue un accidente".

Por último, Rizzotti dijo que "si manifestarse a favor de la paz y contra la guerra es un delito, lo volvería a cometer" y añadió que los quieren enviar a la cárcel acusados de lesiones, pero "lesionados hubo y hay en la guerra de Irak, aquí no hubo lesionados".

La defensa pidió la "total absolución" de los activistas y para ello utilizaron "un argumento que va más allá del ámbito jurídico, que es el de la defensa de la paz", afirmó ayer el abogado de Greenpeace Jose Manuel Marraco.

"Tenemos el convencimiento de que son inocentes y en esta cuestión no existe ningún matiz", afirmó el letrado Domingo Valderrama, quien subrayó que "una sentencia condenatoria contra personas que se manifestaron pacíficamente contra la guerra sentaría un muy mal precedente". (Télam)

Rizzotti comanda los operativos navales de la agrupación ambientalista.