Saquean un centro comunitario en Villa G. Gálvez

Silvia Carafa / La Capital

Villa Gobernador Gálvez.- Los setenta niños que toman la merienda en "El Gurisito" quizás no puedan entender por qué el lugar que los alberga dos veces por semana, con arroz con leche y pan casero, fue saqueado. Al grupo de las 21 mujeres que llevan adelante este centro comunitario con planes Jefas de Hogar también les costó asimilar el impacto. Los delincuentes dejaron las puertas arrancadas de cuajo, los mecheros sin garrafas y unas pocas cucharas de la centena que había. También se alzaron con ollas, pavas y cucharones, y una bolsa de harina, con la que las mujeres pensaban elaborar hogazas en el horno de barro que ellas mismas construyeron.

"Hace un mes reiteramos a la Municipalidad que nos diera seguridad, y nos dijeron que la garantizaban, pero ayer a la madrugada nos asaltaron", explicó Graciela Benítez que, junto a Ramona Vera, ponen todo el esfuerzo para llevar adelante el centro comunitario que los martes y jueves a las 17 sirve arroz con leche y "leche sola, porque a muchos no les gusta la leche con arroz", a unos setenta niños cuyas familias sobreviven con cirujeo o planes Jefes de Hogar.

El centro comunitario está ubicado en el barrio Coronel Aguirre, en un predio en el que funciona la bloquera municipal, y en la madrugada de ayer fue violentado por un grupo de desconocidos que, según narró una vecina, pasaron ollas, pavas y utensilios por encima de un tapial. El hecho es investigado por la comisaría 26ª, de Villa Gobernador Gálvez.

"Robaron hasta en la oficina del sereno", comentó Graciela, mientras el grupo trabajaba en reacomodar el lugar para que, más allá de haber quedado despojados de vajilla y garrafas pudieran servir una merienda a los pequeños. "Desde Paladini nos trajeron salchichas y pancitos", dijo, y agradeció el gesto que les permitirá brindar a los chicos lo que quizás sea la única comida hasta el día siguiente. Al lugar concurren niños de 4 a 12 años, los más pequeños llevan la merienda a sus casas.

"Nosotros trabajamos de corazón porque lo que hacemos es para los pibes, hay que estar ahí y ver la necesidad que tienen esos chicos, hay que escucharlos cuando cuentan sus cosas", relató Graciela. Así es "El Gurisito"; desde el nombre que ellas mismas eligieron arranca el afecto que ponen para que el lugar sea un espacio de nutrición y de afecto.

El grupo de trabajo está formado por 21 mujeres que dividieron esfuerzos para elaborar pan, hacer la limpieza, arreglar ropitas para los chicos y poner en marcha un costurero.