Casi el 80% de los rosarinos dice que en la ciudad hay discriminación

Los boliches, la búsqueda de empleo y los colegios encabezan el ranking de lugares donde más se segrega

Toda persona tiene derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos "sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole". Sin embargo, muchos no están tan convencidos de que esto se respete a rajatabla en la ciudad. Es que casi el 80 por ciento de los rosarinos consultados en una encuesta consideró que "de alguna manera se discrimina". Y a la hora de definir cuáles son los espacios donde se dan actos de exclusión, los boliches, la búsqueda de empleo y los colegios privados aparecen primeros en el ranking. Para los especialistas, la solución pasa "por un cambio cultural que debe darse desde la educación inicial".

A través de un relevamiento de Andrés Mautone y Asociados realizado esta semana, 400 rosarinos mayores de 18 años fueron consultados sobre si en esta ciudad se discrimina: el 76,4 por ciento respondió que "sí".

La diputada provincial por el ARI, Alicia Gutiérrez, fue la última delegada que el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racisno (Inadi) tuvo en Rosario y no se sorprendió de los resultados.

"De diferentes maneras la discriminación está presente en la mayor parte de los ámbitos. Incluso, a veces hay hechos que pasan como naturales, pero que si se analizan en profundidad, son discriminatorios", consideró Gutiérrez.

Pero los consultados también detallaron cuáles son los lugares donde estas situaciones de exclusión tienen lugar. En este ranking los boliches bailables, la búsqueda de empleo, los colegios privados, los bares y los espacios de trabajo ocupan los primeros cinco puestos.

Los jóvenes son quienes más hacen referencia a las situaciones de exclusión que se dan en los boliches, donde aseguran que muchas veces no pueden ingresar sólo por "portación de cara". En cambio, en la selección de empleo, quienes más sienten la exclusión son las mujeres mayores de 40 años.

En ese sentido, la actual diputada recordó que, en su paso por la delegación del Inadi, "la mayor parte de las denuncias provenían de los jóvenes que eran discriminados en boliches y bares, donde no los dejaban ingresar sólo por portación de cara". Y señaló que uno de los casos que más la "conmovió" fue el de María del Valle, una joven que en diciembre de 2000 denunció haber sido discriminada "por gorda" en la disco Madame.

También pasaron por sus manos denuncias de discriminación laboral. "Hubo casos de personas que se sentían excluidas porque por su edad ya no se les permitía concursar para distintos cargos", comentó, antes de señalar que "en el caso de las mujeres hay países más avanzados legislativamente, donde incluso en los pedidos de empleados está prohibido hacer una solicitud destinada a un solo sexo".

Los colegios privados de la ciudad también estuvieron muchas veces en la mira por casos de discriminación. En septiembre de 2001 el Colegio Alemán fue intimado por el Inadi a retirar de circulación un folleto que consideró "discriminatorio", ya que una ilustración mostraba con las cabezas cuadradas a quienes no elegían esa institución.

Pero ese no fue el primer episodio. Ya en febrero de ese mismo año en el patio del colegio habían aparecido pintadas nazis. En las paredes no sólo había cruces esvásticas, sino que también se leía la siniestra frase que colgaba a la entrada del campo de concentración de Auschwitz: "Arbeit macht frei" (El trabajo nos hará libres).

Y la lista podría continuar. Pintadas contra los peruanos aparecieron en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario: "Haga patria, mate un peruano", rezaba una inscripción. En el colegio Dante Alighieri un alumno boliviano que concurría a clases fue golpeado por sus compañeros al grito de "sos bolita".

Además, en los últimos días se sumó el resonado caso de Venado Tuerto, donde una mujer fue echada de un restaurante porque invitó a comer a su mesa a dos chicos de la calle.

Para Gutiérrez, la solución "pasa por incluir el tema de la discriminación en la currícula escolar de nivel inicial" y agregó: "Este es un proceso cultural, hay que cambiar hábitos y desterrar ideas instaladas. Eso que se escucha siempre de que «los gitanos tal cosa y los judíos tal otra»". Y hay que saber que eso lleva tiempo y trabajo".